Por lo general, ésto lo vemos mucho en aquellos juegos que terminan "decepcionando por su falta de dificultad". Después de avanzar por horas, es momento de que te enfrentas al jefe final, en éste ya muy utilizado recurso, es prácticamente obligatorio que el enemigo tenga una forma inicial, casi siempre es un dragón gigante, un monstruo gigante, un animal gigante, una masa fusi forme gigante, el chiste es que sea enorme, lo derrotas con facilidad, para ahora si, batirse en contra de la "verdadera presencia" de tu némesis, por lo general, es un humano o algo equiparable al personaje principal, muy poderoso, pero nada complicado. En este apartado, no es raro ver que el jefe cambie 2, 3, o hasta más veces cambie de forma y lo peor es que a diferencia de a ti, a él si le recargan su barra de energía cada vez.