Mario y Link fueron los grandes precursores de este inolvidable cliché, que desde siempre ha servido como la excusa perfecta para iniciar una aventura en muchos casos inolvidable. La presencia femenina tiene ese poder de atracción y es que nuestros personajes no escatiman esfuerzos con tal de llegar al encuentro final con su añorada chica en peligro, liberándola de sus perseguidores y buscando su simpatía.