II

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Jakapan descubrió que era un doncel a la edad de 15 años, en realidad todos lo tenían muy asumido desde siempre, pues el bonito y delicado joven tuvo siempre actitudes más aniñadas, más dulces y femeninas.

Esto no quería decir que jugara con muñecas, no, Jakapan sólo odiaba los juegos bruscos, los deportes extremos y las peleas, odiaba las peleas.

Su familia, afortunadamente jamás le dieron la espalda, era totalmente natural tener o hijos varones o hijos donceles y él, era un dondel.

Su padre jamás mostró ápice de decepción,  mucho menos su madre, quien gustosamente recibía al noble chico entre sus brazos para darle un poco de calor y apoyó maternal, su hermana por su lado le jugaba bromas, pero sólo eran eso, bromas y una muy cierta que ahora resonaba en su cabeza.

"Te vas a quedar embarazado y te crecerá una panza enorme"

Bromas de niños, bromas muy reales.

Pero habría gradecido que, además de decir eso hubiese agregado un: y tu varón odiara a ese bebé.

Habría sido bueno... Bueno, mucho más tolerable que ahora, Blue no tenía idea de nada, pero desde que iniciaron sus relaciones sexuales él había dicho muy claramente sus reglas.

El sexo siempre será con preservativos, no quiero ser padre, no me gustan los niños y no pienso siquiera en que un mocoso arruine mi carrera, si estás de acuerdo con eso, viviremos felices una eternidad.

Y el asintió.
Afortunadamente no firmó nada que le diera a Blue algún poder sobre su cuerpo.

Pero gran parte de la culpa fue suya, aquél día que llegó tarde del trabajo, la cena se enfrió sobre la mesa y borracho y tambaleante entró en la habitación, abrió la puerta encontrando un adormilado Jakapan y con su poca cordura y el lívido en aumento, hicieron el amor.

Sin condón.
Pese a lo mucho que Jakapan le exigió uno.

Debía tener pésima suerte para haber quedado embarazado en la primera ocasión, hace dos semanas comenzó a sentir los cambios de su cuerpo, sus caderas estaban un poco más anchas, su vientre hinchado y por supuesto, los mareos y náuseas.

Blue aún no sabía nada, tampoco sabía cómo decirle a alguien su secreto.

Pensó en Bible.

Lo esperaba fuera del gimnasio, dónde el solía jugar basquetbol, a Jakapan le gustaba a veces unirse al juego pese a las burlas de Bas y Jeff por lo bajito que era, pero siempre eran burlas con cariño, sobretodo con Bible acechando.

Aplaudió con fuerza desde las gradas cuando Bible anotó y acabó el juego, era un partidos amistoso con unos chicos de algún club deportivo,  Bible siempre tenía tiempo para ayudar a sus amigos en algún juego, Bible siempre tenía tiempo para todo.

-¿Qué tal estuve, me vi genial?- Jakapan rió y tiró de la camiseta de su mejor amigo hacia abajo, tomando una toalla para secar el sudor de su frente, Bible se dejaba hacer por él.

-Estabas genial, pareces todo un profesional.- Halagó, Bible sonriente quiso decir algo, pero sus amigos llegaron detrás, Bas sin camiseta, Jeff bebiendo agua.

Tras haberse saludado con los jugadores se retiraron a las duchas, Bible dejó una caricia en los cabellos del bajito y le dijo que podía esperarlo en el jardín del gimnasio, el asintió y se puso de camino, no sin antes dar un vistazo a los anchos hombros y cuerpo musculoso de los chicos.

Todo habría sido diferente si fuera un varón.

Suspiró caminando de forma lenta al jardín, le gustaba estar ahí, habían árboles que dejaban ir sus rojizas hojas, como se notaba que el otoño se acercaba, aunque aún hacía bastante calor, tanto que se podía andar con una camiseta delgada y unos jeans cualquiera, que afortunadamente no le apretaban.

Baby, Bibs and Me <ADAPTACIÓN>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora