Un amor solido como la roca

Tercera Parte: El amor y la guerra

Un año después

Ya habían pasado unos meses desde que Tien fue obligado a prestar servicio en el ejercito de Amaram. Aún no podía olvidar como se le heló la sangre cuando el alto señor pronunció su nombre. Por suerte para Tien, estaba sirviendo como mensajero, no le habían puesto a combatir, al menos no todavía. Además Kaladin y Flint le habían acompañado por lo que no estaba solo. Y también tenía al gruñón de Forma

Flint y él estaban sentados en el patio del campamento fantaseando con las infinitas posibilidades que les deparaba el futuro

-... ¿y si me convierto en predice tormentas? -dijo Tien emocionado.

-No tienes ni idea de matemáticas -rió Flint.

-Podría aprender, sería un trabajo muy relajado y al estar tan relacionado con la escritura tu podrías ayudarme con el papeleo

-Desde luego sería un pisapapeles maravilloso... -dijo Forma. En el último año eran muy habituales en el esos comentarios sin sentido, Tien creía que se estaba volviendo tonto

De repente empezaron a sonar las campanas. El campamento estaba siendo atacado. Tien echó a correr por el campamento hasta llegar con sus compañeros mensajeros, pero algo iba mal. Les estaban repartiendo lanzas y armaduras

-Se suponía que no iba a pelear hasta que llevase un año como mensajero -protestó Tien-, aún me quedan unos cuantos meses.

-Lo siento -dijo un soldado-, estamos faltos de soldados, así que os toca pelear, muchachos.

En ese momento Tien comprendió que ese día iba a morir, no tenía ninguna experiencia en combate. Flint. ¿Qué sería de Flint? Kaladin aún no la conocía, hasta ahora ella y Tien se habían visto en secreto, tenía que pedirle a su hermano que la protegiese. Volvió corriendo al lugar en el que se había despedido de Flint para luego buscar a Kaladin. No tardaron en reunirse los tres.

Esto... Kal... -tormentas, Tien no sabía como abordar el tema ¿cómo le contaba a su hermano que llevaba un año saliendo con esa chica que ni les había presentado?-. ¿Te importaría cuidar de alguien durante esta batalla? -dijo Tien estirando un brazo hacia Flint. Decidió no mencionar el hecho de que iba a combatir, su hermano aún no era un soldado, no podría hacer nada por él.

Kaladin soltó una risita afectiva.

Claro, Tien -dijo con una sonrisa tan poco típica en él-. Yo te la cuido, cuando acabe la batalla te la devuelvo.

Por algún motivo no pidió explicación alguna.

Tien estaba en primera línea de batalla. En cuanto esas puertas se abriesen y el enemigo entrase él moriría.

-Tien debes decir las palabras -dijo Forma-. Di verdades.

-Verdades... No... -Tien tenía la mirada fija en el portón, en su destino.

-Mira, olvidémonos de que mataste a Wistiow, aún es demasiado doloroso. Pero, por favor, reconoce que Flint es solo una puta piedra, con eso bastará

El sonido de la batalla se hizo más y más intenso, quedaba poco.

-Flint... -Tien pensó en todos los maravillosos momentos que había vivido con ella en los últimos meses, no podía ser falso todo aquello.

Las puertas cedieron, apenas veinte metros lo separaban del enemigo. Forma empezó a zumbar nervioso

-Tien di que te introdujiste una tormentosa piedra por Condenación, joder, con eso valdrá para invocarme como hoja

-N-no...

El enemigo se acercaba.

-¡TIEN!

Cinco metros.

-Y-yo...

-¡DILO!

-¡Yo la amo!

-¡NO!

Una lanza atravesó el estomago de Tien, que cayó al suelo de inmediato. Pudo oír en alguna parte a Kaladin gritar. La vista se le empezó a nublar.

-Aún estas a tiempo -zumbó Forma-, di las palabras y la luz tormentosa te sanará.

-Gracias por todo, Forma -dijo Tien. Cerró los ojos.

-No...