ch. 011

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐄𝐋𝐄𝐕𝐄𝐍

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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐄𝐋𝐄𝐕𝐄𝐍












Para cuando despertó la mañana siguiente, todos ya sabían sobre su compromiso con Robert Baratheon y aunque la sorprendió lo rápido que su padre lo divulgó, fingió felicidad y alegría, Maegelle fue felicitada, más de unas cincuenta veces por cómo los Dioses continuaron favoreciéndola con otro hombre tan apuesto y atractivo casi como Rhaegar.

Nuevamente, lo único que hizo fue asentir y sonreír, sin agradecer ni abrir su boca por temor a lo que pudiera escaparse sin ella controlar sus pensamientos. Mientras más escuchaba los comentarios de todas las doncellas alrededor de ella, más se percataba de la necesidad que incrementó en ella por tomar vino hasta que le salgan pequeños chorros de sus oídos.

Robert se encontraba con ella, ambos escuchaban a las personas ante ellos deseándoles una buena fortuna, mientras hablaba sobre cuán apuestos sus hijos juntos serían. La verdad es que ninguno estaba prestando atención, solamente los observaban fijamente y movían sus cabezas, pero sus mentes estaban en Rhaegar y Lyanna, ambos a unos metros con sus brazos entrelazados mientras hablaban amenamente como la pareja feliz que eran; ambos sintieron disgusto.

Cuando la persona ante ellos, se despidió, Robert no perdió el tiempo:

─Mae, compitamos por quién aguanta más tomando ─musitó Robert en su oído. Ella bufó.

─Ya sabes que no sé beber.

─Te enseñaré.

─No deseo que mi primera borrachera sea contigo, mucho menos a sabiendas de que si decido hacer estupideces, vas a alentarme y no a detenerme.

─Eso hace que sea el hombre más divertido en este salón, siendo honesto ─musitó, encogiéndose de hombros.

─Quizá debamos buscar un diccionario y ver qué significa "hombre" y "divertido", porque contigo no son adjetivos que utilizaría.

Robert procedió a hacerle burla mientras ponía un molesto tono de voz.

─No me hagas burla, pedazo de-

─Princesa... ─llamó Lord Rickard Stark, haciendo que ambos se giren hacia el Guardián del Norte─, Lord Baratheon.

─Mi Lord ─musitó Maegelle. Robert se percató de la frialdad con la que se dirigió al hombre y tampoco le pasó por desapercibido la manera en que los soldados de la princesa rápidamente les miraron atentamente, casi esperando por un movimiento en falso en que acabara con la vida del Lord del Norte.

─No hemos tenido el tiempo apropiado para conversar, princesa ─musitó el hombre, sin dudas lucía apenado─, y sinceramente deseaba disculparme con usted por cómo los eventos han ocurrido. La insistencia de mi hija y vuestro hermano, han sido una sorpresa para mí.

call of silence.       robert's rebellionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora