Filmación

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Abrí un ojo, sentí mis hombros pesados, un dolor o, mejor dicho, una tensión en estos. Abrí ambos ojos, notando que seguía sentada en el sofá con la cabeza de Joe en mi regazo.

Agarré una almohada, me la puse entre las piernas y su cabeza para luego ponerme de pie y caminar rumbo al baño. Me lavé los dientes y la cara. Me hubiera gustado bañarme, pero no era mi casa y me estaba tomando bastantes libertades, así que no me agradaba mucho eso.

Caminé de regreso a la sala y me encontré a Joe durmiendo plácidamente en el sofá. Me acerqué con sigilo y noté que algunas de sus marcas parecían haberse ¿borrado? Imposible, la varicela no se borra de la noche a la mañana. Llevé mi dedo a una de sus lastimaduras y me di cuenta de que no era real, sino maquillaje.

Todo este tiempo me había estado mintiendo en la cara, pero eso quería decir que Maya y los demás también. ¿Cuál era el propósito de esta jugarreta sin sentido? ¿Qué era lo que esperaban de mí? Por supuesto que iba a ayudar, ¿hice mal? Si lo pensaba bien, podría creer que la respuesta era un rotundo sí. Debería haber dejado que otros se ocuparán, pero no: Stefanie me había carcomido tanto la cabeza que terminé aceptando esta locura.

Debí haberme quedado en casa escuchando música, bailando, viendo alguna serie, hablando con mi amiga o hasta incluso haber llamado a mamá para hablar de alguna cosa, pero no...

Mi ceño se frunció y me alejé rápido. Agarré mis cosas y corrí de la casa. Segundos más tarde, Joe venía corriendo detrás de mí, pidiendo que me detenga, pero no lo hice y seguí corriendo.

Me sentí decepcionada, no esperaba que nada de esto fuese real, pero ¿así? Ese fue un movimiento realmente bajo y sin sentido alguno. No me gustó en lo absoluto y no quería que eso se repitiera. No se iba a repetir, no iba a dejar que eso sucediera. No, claro que no.

Miré mis pies por un instante, estos eran los que me guiaban a salir corriendo; sin embargo, parte de mí me decía que me quedará, que escuchará. ¿Cuál era la parte más fuerte? 

—¡Puedo explicarte!

Me detuve en seco, giré y lo miré. Esperé a que se acercara y cuando lo hizo, alcé ambas cejas esperando una respuesta. Deseando su excusa.

Cuando me detuve lo supe, supe que parte era la más fuerte en ese momento. No obstante, no podía. El maldito orgullo me estaba carcomido y no iba a dejar que lo destruyan de ese modo tan...

¡Sin palabras!

—¿Qué? —Cuestioné—. ¿Me vas a explicar que, en realidad, todo era una vil mentira?

Volví a negar.

—No, no, _____. Yo...

No lo dejé seguir con sus palabras. No tenía ganas de seguir con esta estúpida conversación. No entendía cómo era posible que deseaba escuchar sus porquerías, no lo comprendía.

Negué al hecho, también a mi pensamiento y solo me fui.

Caminé segura, dándole la espalda, pero mientras lo hacía sentía que mi corazón se partía en pequeños pedacitos al suelo.

Al llegar a la puerta, me giré y lo vi. Ahí estaba él, seguía mirándome con esa cara de perrito mojado. Volví a girar y abrí la puerta para salir. Me importaba muy poco lo que los paparazzi dirían. En ese momento, no pensé nada, solo sentía cosas horribles dentro de mí. Nunca me había sentido de ese modo y no me gustaba.

Seis días después

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Seis días después

Para ser sincera, en esos días, me mantuve alejada de Joe. No quería saber nada de él, por suerte, Joseph y Jamie siempre me llevaban a sus juntadas. Esos hombres sí que sabían divertirse.

Solo habían pasado seis días, pero esos momentos, ellos dos me habían enseñado un montón de cosas relacionadas con la actuación, las redes, los paparazzi, la amistad y las fiestas.

Joseph:
Al menos, puedes filmar una escena divertida. ¿O son todas trágicas?

Yo:


Bueno, mi personaje tiene su primera aparición de un modo horrible, así que...

Joseph:
No me digas nada, ya sé.

Yo:
No puedo creer. Bueno, nos vemos mañana en el evento, ¿no?

Joseph:
Sí, mañana :3

Dejé mi teléfono a un lado cuando terminé de leer los mensajes y tomé un sorbo de agua.

Eran las 6 de la mañana cuando ya estaba en el set de filmaciones. Tenía mi libreto en la mano, leí en voz baja lo que debía hacer y decir. Nada de otro mundo, muy interesante desde mi punto de vista.

Cuando nos llamaron a filmar, me terminé la menta y fui. Se suponía que debía entrar a la escuela corriendo, mientras que una niebla me perseguía y eso fue lo que hice. Detrás de mí, veía corriendo un extra, el cual estaba cubierto de sangre y con las extremidades heridas.

Emily Hawkins, quien era mi personaje, se acercó al chico y lo trató de ayudar. Hice que se sostuviera de mí y lo jalé con rapidez, pero ambos nos caímos al suelo.

—¡Emily, corre! —Me empujó.

Me quedé en el suelo mirándolo por unos segundos, pero luego una cosa extraña, con tentáculos lo absorbió, llevándose parte de su cuerpo.

No lo dudé, me puse de pie y salí corriendo. No me detuve, no veía nada, solo corría hasta que, al doblar en una esquina, mi cuerpo chocó contra el de alguien y eso me hizo caer al suelo.

—¿Estás bien? —preguntó Steve.

Asentí, mirándolo a los ojos, pero tomé mi brazo derecho, ya que era uno de los que me había golpeado.

—Yo... —Me limpié las lágrimas—. Mi hermano... Gabrielle, él...

Negué más de una vez.

—¿Lo absorbió? —Alzó una ceja.

—La niebla se lo comió.

—¡Corten! —Se escuchó de fondo.

Como no deseaba hablar con Joe, salí corriendo se ahí sin ganas de nada y me fui a mi remolque, ya que era la hora de desayunar. Escuché la puerta ser golpeada y negué.

—No quiero hablar contigo, Joe.

Se sintió el sonido de nuevo.

Me puse de pie y fui a abrir.

Fake news [Joe Keery]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora