[Capítulo 03]

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—Hola tía— dijo frotando sus ojos por el sueño mientras iba hacía al comedor.

—hola Rodri, cómo te levantaste hoy?— su tía Victoria había adquirido la custodia de Rodrigo luego del incidente de sus padres.

—bien, supongo. Dormiste bien vos?— el castaño siempre se preocupó por ella, lo había cuidado tanto, quería devolvérselo de alguna manera.

—exelente— sonrió —yo te diría que te apures— habló y le mostró la hora.

—claro, voy a bañarme— su expresión no cambió en lo absoluto, pero vicky ya estaba acostumbrada.

El agua fría corría por el cuerpo desnudo de Rodrigo, haciendolo estremecerse. Se estaba duchando con agua helada para poder despertarse.

Su día no había comenzado de la mejor manera, tuvo una horrible pesadilla, aún tenía frío por el baño y justo ahora el vendedor delante de él le estaba haciendo la vida imposible.

—Dame una lágrima con mucha crema— habló con la misma seriedad de siempre.

El chico simplemente se quedó mirando sus ojos algo confundido.

—hola? Podes darme lo que pedí?— hace un buen rato no le sucedía una situación así.

—s-sí— vió como el trabajador se acercó a su compañera y lo señaló.

Suspiró queriendo irse, pero esperó por su bebida, tenía que desayunar.

Luego de una larga espera y un montón de preguntas que evitó responder empezó a caminar hacia la escuela.

Avanzaba con una mano en los bolsillos por el clima del otoño y con la otra sostenía el vaso, mientras pensaba. Iván nunca le había preguntado sobre sus ojos o hablado del tema, lo único que había hecho fué quedarse mirándolos, pero no lo hizo como aquel vendedor, con miedo o confusión, los miraba con algo que todavía no podía descifrar.

Ya que estaba pensando en el azabache, siguió con él. Era bastante lindo, no iba a mentir, era cierto que no sentía emociones, pero su cuerpo si podía reaccionar. Hablaba demasiado, pero por lo menos su voz era agradable. Era algo torpe, pero en matemáticas era increíble, no comprendía como es que era tan bueno haciendo cálculos. Se le hacía raro acostumbrarse a su altura, lo hacia sentir más bajo de lo que ya era.

Cuando vió la entrada del colegio, tiró el vaso descartable y entró dirigiéndose a su curso.

Hoy, por primera vez, el alto había llegado primero, Rodrigo se sentó y tuvo la iniciativa de saludarlo.

—Hola— dejó su mochila tirada cerca del banco.

—Hola Ro, cómo estás?— habló sonriente —yo estoy genial— definitivamente hoy había pasado algo y él no se enteró.

—Ro?— a esto se refería con que Iván hablaba mucho.

—n-no te gusta?— miró hacia abajo.

—está bien, solo que no me habías llamado así antes— Rodrigo odiaba hacer sentir mal a la gente.

—es que me pareció un lindo apodo, si no te gusta puedo no decirlo— jugaba con sus dedos debajo de la mesa.

—decime como quieras, no te pongas mal— llevó una de sus manos a el hombre del azabache y lo apretó para que lo mirara.

—b-bueno— Iván estaba confundido. no sabía porque se ponía tan nervioso cuando estaba con Rodrigo, era molesto.









































































































519 palabras.

















































Preparensé que ya se viene el bardo









































El color de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora