nueve

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KATHIA

¡Es que no me habían dicho que él no podía subirse!

–Debiste preguntarle, Kathia—me regaña Bruno por el incidente de Nicola.

Pero no tenía porqué marearse, la plataforma no se mueve.

–Y comoquiera lo hizo y te vomitó, ¿qué tal si se hubiera caído? No vuelvas a subir a nadie sin preguntarles Kathia.

Todavía que me vomitan encima mis nuevos pantalones, me echan la culpa.

Tuve que cambiarme por un vestido algo pequeño para mi gusto.

Zalewski por obvias razones tuvo que irse a su casa y bueno, seguí haciendo mi trabajo.

Estoy angustiada de como sigue, después de todo, es mi culpa que haya pasado eso.

–Tranquila, estará bien—dice Paulo como si hubiera leído mi mente y ahora lo veo confundida—. Estás con una cara de preocupada, así me mira Ori cuando salgo lesionado de algún juego.

–Me imagino, yo tenía la misma cara cuando te veía salir de la cancha lesionado.

–¿Ibas al Allianz?

–No, ojalá, solo te veía por Roja Directa—reí.

–¿Es una app de partidos?

–Mmm, algo así, es una página para ver partidos gratuitos con bastante publicidad y...—

–Ahh, así que vos me veías en páginas ilegales, bueeeno, ahora será en persona—dice sonriendo—. Y estará bien Zalewski, capaz solo fue que venía ya enfermo.

–Pues si, eso espero, igual iré a verlo más tarde.

–Dale, le mandas saludos y que espero jugar pronto con él.

Damos por terminada la conversación y la sesión caótica.

Después de un rato de limpiar, mi tío Leonardo y yo, nos subimos a su auto.

–Oiga tío, ¿me podría llevar a esta dirección?—le muestro mi celular con Maps abierto.

–Si claro, estamos cerca—menciona mientras comienza a manejar—. ¿Hiciste una nueva amiga y ahí vive?

–No, ahí vive Zalewski, el chico que me vomitó hace rato, y quiero ver como sigue.

–Ahh por eso el cambio de ropa, bueno, como en 20 minutos llegamos.

La vista de esta ciudad hace que crea que estoy en un sueño del que no quiero despertar.

Abro la cámara de mi celular y comienzo a grabar en algunos tramos hasta que por fin llegamos.

–No tardo.

Bajo del auto y camino hacia la reja que cierra el camino a la entrada y hablo con el guardia y a los pocos segundos me deja pasar, donde en en la puerta principal me recibe una señora y le digo el motivo de mi llegada.

Claro, permítame preguntarle si puede pasar a su habitación—menciona la señora y toma el teléfono para precisamente preguntarle lo anterior. —Adelante, me dijo que ya sabe el camino.

–Muchas gracias.

Procedo a subir las escaleras y abrir dos puertas equivocadas.

Por acá, corazón.

Me volteo asustada y es Nicola con unos pants clásicos de fuckboing (así les decía en México) y no quiero mirar de más entonces me centro en sus ojos.

Si.

Camino hacia su cuarto y veo unas cuantas botellas de agua y sueros supongo.

¿Te sientes mejor?

–Si, creo que tuve infección en la garganta solamente, quizá no fue bueno tomar cosas frías en la playa pero comoquiera ya vino un doctor a aplicarme suero y estoy mucho mejor, y también me inyectó algo más que me está haciendo sudar mucho... Perdón quizá te dé asco. Y también perdón por lo de tus pantalones, te compraré otros.

–Más lento, amigo—le digo ya que su respuesta de verdad fue muy rápida y apenas le entendí—. No te preocupes por los pantalones, casi no me gustaban... Y también te he visto empapado en sudor cuando acabas de jugar, claro que no me da asco, además es bueno que estés sudando para que te sientas mejor, y ponte ropa más fresca, quítate esa camisa y...—no me deja ni terminar cuando se despoja de su playera que en realidad si se estaba empapando de sudor.

Mucho mejor ¿no?

Me refería a que te cambiaras de camisa y usaras una interior y así no sentías tanto el sudor.

–Oh, si claro, yo también me refería a eso. Por cierto, ¿quién te trajo? No me digas que Dybala, bueno es lógico dado cómo lo veías—menciona sacando ropa de su cajón.

¿Qué? Mi tío me trajo, ¿qué tenía que ver Dybala en esto?

–Ah, no nada, olvídalo. ¿Te está esperando afuera?—asiento con mi cabeza—. Dile que más tarde te llevo, y te quedas un tiempo más.

–Estás enfermo, Nico, no quiero que manejes así—argumenté pero fue inútil ya que me tiró una mirada que no podía negarme, es tan tierno y sexy a la vez—. Bueno me pagas el Uber de regreso.

–Yo te llevo, corazón.

Le marco a mi tío y le comento que me quedaré un poco más y le echo una mentira para que se convenza de irse, no muy seguro acepta y vemos por las pantallas que se va.

Ten, pide algo de comer—menciona Nicola entregándome su celular con una app de comida—. Me meteré a bañar, no tardo... Ah sé que en México comen mucho picante pero no lo pidas así para mi, por favor.

De verdad moriré de ternura con este chico.

Veo que empieza a caminar hacia su baño pero de repente se detiene y vuelve hacia mi.

Perdóname, ya no aguanto más—menciona y yo por microsegundos me quedo confundida hasta que siento sus labios sobre los míos.

No puede ser más random este día con él, primero me vomita encima y luego me besa, quizá me enferme también pero no importa porque ¡NICOLA ZALEWSKI ME ESTÁ BESANDO!

Instantes|| Nicola ZalewskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora