DIEZ

147 8 0
                                    

KATHIA

Después de un rato, Nicola finalmente se va a bañar y ordeno Pizza, estúpidamente me impresionaba ver tantas pizzerías hasta que recordé que estaba en Italia, y bueno el idioma del celular de Nicola era italiano igual.

En mi corta estadía en Italia no he probado ninguna pizza, ojalá sepa igual de bien como la pintan.

Prendo la televisión y no le entiendo como hacer para poner Netflix ya que esperaba que en el botón del control viniera.

No sé cuantos minutos hayan pasado pero escucho el teléfono de este cuarto y es la señora que me había recibido a la entrada, avisando que llegó un repartidor con pizza, después de confirmarle que si era aquí, bajo por la pizza.

Subo nuevamente pero ahora con platos y botellas de agua, no hay coca tristemente.

Apenas voy abrir la pizza cuando finalmente Nicola sale del baño, con una toalla alrededor y dejando su torso descubierto.

Pensamientos pecaminosos salgan de mi mente.

¿Te incomoda que esté así? Es que estoy acostumbrado a estar un rato así después de bañarme.

E-Está bien, no hay problema alguno, te ves muy bien de hecho, o sea, no es que te esté viendo con morbo, solamente que no te ves mal aunque no me preguntaste eso claramente, perdón.

–No hablo mucho español pero obviamente si te incomoda, solo deja me cambio y comemos.

Bueno no entendió lo que dije pero entendió cómo lo dije, chale, quería seguir admirando todo eso, sin afán de otra cosa.

Perdona—menciono viendo como regresa completamente vestido.

Tranquila, me da risa—sonríe—. Pero, ¿puedo quitarme la camisa? Sigo sudando un poco.

Solo río y asiento a manera de respuesta.

Si bien, Nicola tiene un físico que me atrae muchísimo, trato de no darle mucha importancia, no quiero que llegue a pensar que me gusta por su físico solamente, aunque siendo sincera fue un factor grande que me hizo fijarme en él ya que hasta el día de hoy no lo conozco bien.

¿No quieres ir a la alberca?

–Te vas a enfermar más, Nico, mejor solo acostémonos y durmamos un poco.

–Mm está bien, pero a la otra que vengas si nos metemos ¿si?—me da mucha ternura su carita y su tono de voz, creo que si me gusta este vato.

Terminamos la pizza, o bueno más yo, ya que él se excusó que pronto tiene juego y no puede comer cosas así y pues me vi en la necesidad de comer más para que no se desperdicie.

¿Quieres ver una serie?—pregunto mientras busco cómo poner Netflix.

Si, seguro.

–Estoy obsesionada con 'Manifiesto', vamos a verla—digo emocionada para luego acurrucarme cerca de su pecho.

Siento que nuestras interacciones no han sido las mejores pero buscamos coincidir porque me siento tan bien con él.

Empezamos uno de los episodios y le voy explicando todo el enredo que hay, hasta que empezando otro capítulo, me vuelve a besar, no sé si es por la fiebre pero sus besos son tan cálidos.

Me acerca más a él y todo sigue subiendo de nivel, hace que me siente en sus piernas mientras él está recostado pero sus manos empiezan a querer quitar mi vestido e inconscientemente me da cosquillas.

Perdón, si no quieres está bien—dice apenado.

Si quiero solamente que no tengo un abdomen tan plano y me da pena.

–No hay ningún problema pero entiendo que no te sientas tan cómoda, si quieres solo nos...—no le permito continuar ya que de nuevo lo estoy besando.

Después de unos cuantos minutos, ahora él está encima de mi y por primera vez estoy tan cerca de que algo más pueda pasar, tengo miedo pero miedo que puedo manejar.

Para este punto ya quería deshacerme del vestido y quitarle sus shorts pero ambos decidimos que mejor no, aún no era el momento.

Lo siento, no quería apresurar tanto las cosas—menciona Nico algo agitado a mi lado.

Es mejor así, para que las cosas funcionen.

[...]

Son las 10:50p.m. estoy semidesnuda al lado de Zalewski, creo que nuestras hormonas fueron más fuertes que nuestra 'fuerza de voluntad' por no querer apresurar las cosas.

¿Te sientes bien?—pregunta Nico reincorporándose al lado mío.

Sí, gracias—digo sin pensar, yo solo estoy en las nubes, siempre dicen que tu primera vez será horrible pero quizá fue la excepción, no me sentí nada incomoda y bueno él ya sabía lo que hacía.

¿Gracias?—pregunta riéndose—. Bueno, de nada, ya sabes, siempre estoy listo para complacer a las damas.

No digo nada solo me le quedo mirando extrañada.

Por ahora solo a ti—dice para darme un beso en mi nariz.

Ya veremos, eres futbolista, no creo que solo a mí.

Creo que soné celosa pero no, no me importa en absoluto.

–Nos tienen poca fe pero ya verás.

Me río por su mentira y dispongo a cambiarme.

Yo te llevo, ya me siento mucho mejor.

–¿Seguro? No quiero que te suba la temperatura a medio camino.

–Tranquila, estaré bien, vamos a bañarnos y ya—dice sonriente.

¿Ambos? ¿Al mismo tiempo?

–Si te doy asco solo dime, Kat.

–Vamos, 'Reina del Drama'.

[...]

Después de bañarnos, vamos bajando para salir por el carro que según ya lo dejaron en la entrada.

Voy a revisar mi celular para ver si mis tíos no me han llamado pero no lo traigo.

Espera, deja subir por mi celular, no tardo.

Corro hacia el cuarto y justo está en la mesita al lado de la cama.

Salgo del cuarto y veo que Edoardo va saliendo también de su cuarto. No sabía que ya había llegado de sus vacaciones.

Ambos nos quedamos viendo extrañados.

Así que eras tú la que tanto gritabas.

–Hola para ti también—digo nerviosa porque no sé que me acaba de decir.

Me sonríe un poco y me dice que tiene que salir así que ambos bajamos las escaleras.

Creo que me ignoró pero bueno, capaz y anda cansado por el viaje.

Veo a Zalewski esperando en el auto e inmediatamente entro y por fin voy regreso a casa de mis tíos.

Instantes|| Nicola ZalewskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora