doce

125 9 0
                                    

KATHIA
16/07/22

Despierto de golpe por haber escuchado un ruido abajo, hago a un lado el brazo de Nicola y bajo lentamente.

No es nadie, que raro.

Vuelvo al cuarto y veo a Nicola durmiendo con la boca abierta. Tan tierno. Y ese cabello con sus pequeños rulos saliendo.

Me voy al baño a lavarme los dientes y hacer mis necesidades, afortunadamente no se escucha nada, creo.

Regreso a acostarme y accidentalmente lo desperté ya que se remueve y talla los ojos.

Buenos días, hermosa—dice cerca de mi y quiere darme un beso.

Buenos días, primero ve a lavarte la boca, cariño—le detengo y se ríe mientras rueda los ojos pero si se levanta al baño.

Creo que si vio el paquete de cepillos.

Después de unos minutos ahora si vuelve ya con un aliento decente y fresco.

¿Ahora si puedo besarte?—río y asiento a lo que él se acerca.

El beso resultó ser muy lento y suave pero llevó a otro nivel el cuál terminó en muchas más cosas.

***

Finalmente se dieron las 6 de la tarde y ambos casi no habíamos salido del cuarto para comer como tal, solo pequeños snacks así que claramente mi estómago ya pide a gruñidos que debo comer.

¿A donde quieres ir a cenar?—pregunta Nico mientras acerca su mano a mi abdomen, lo cual me gusta pero a la vez me incomoda, no sé.

No conozco muchos lugares, ¿y si mejor vamos a comprar cosas para hacer de cenar aquí?

Claro, me encantaría cocinar contigo—seguido de esto procésenos a vestirnos y salir en su auto hacia un mini Mercado de abarrotes.

Agarro pasta, unas papas, pan de ajo y algo de pollo.

Nico carga las cosas y se encarga de pagarlas, lo bueno porque no he sacado dinero de la tarjeta.

Paramos en una tienda de licores y escoge un vino, me preguntaba si quería uno en específico pero sinceramente solo he tomado el Lambrusco y dudo que sea ideal para cenar o si siquiera lo vendan aquí, así que él elige el que se acople para cenar.

Llegamos a casa y lavamos las cosas, él procede a lavar y pelar las papas mientras yo empiezo a hervir el agua para cocer la pasta.

¿Cuándo llegaban tus tíos?—pregunta Nico.

Hasta mañana, ¿por qué?

Hay un carro afuera estacionado, ¿no son ellos o si?

Me asomo por la ventana y no, ademas no es el carro que mi tío se había llevado.

Seguido de eso, se escucha el timbre, y Nicola casi sale corriendo hacia la planta alta hasta que lo detengo para que esté cerca mío porque no sé quién esté tocando.

Abro la puerta y es un hombre con facha de cartero.

Buenas noches, ¿se encuentra la señorita Kathia Álvarez?

–¿Que se le ofrece?—dice Nicola tras de mi.

Es para recibir un paquete, ¿es usted?—no entendí bien lo primero pero lo último si, así que asiento.

El hombre muy amable vuelve a su auto y regresa con un ramo de flores y una bolsa blanca.

¿Le puedo tomar una foto para prueba que si se entregó?

Me le quedo viendo confundida ya que habló muy rápido.

Que te quiere tomar una foto para comprobar que lo recibiste—me traduce Nicola.

–Si, claro.

Después de todo el trámite, veo la cara de Nico algo (muy) serio, y entiendo, pero yo estoy también confundida.

Ninguno de los dos dice nada, claramente él no me lo envió y yo menos lo sé.

¿Quién lo envió?—finalmente rompe el silencio.

No lo sé, pero no me importa.

Él deja de cortar las cosas y se acerca a mi mientras me toma de mi cintura.

Perdón, obvio te mereces muchos regalos y rosas, solo que esperaba a yo dártelos.

Me volteo y le doy un pequeño beso en su mejilla.

Entonces los estaré esperando.

Después de besarnos un poco más, terminamos de cocinar una rica cena y nos disponemos a comer.

Te quedó deliciosa la pasta, aunque creo que no debería picar—menciona Nicola a la vez que toma agua como si su vida dependiera de ello. Y ahí recuerdo que ese debía ser mi plato porque a él no le puse salsa.

Perdón, ese era mío—le cambio el plato y me burlo un poco por como se puso rojo.

¿Podemos dormir temprano? Mañana tengo entrenamiento.

–¿A qué hora?

–Siete de la mañana. ¿Quieres ir? Bueno creo que debes hacerlo para el contenido.

–Carlos iba a hacer ese trabajo pero obvio te voy a ver, de paso saludo a Paulo.

Ya muy amigos, eh—se burla.— Estoy nervioso de conocerlo, casi mi primera interacción con él prácticamente me vio vomitar... En ti.

Ya no te entendí después de que estabas nervioso, pero es alguien muy agradable así que no debes preocuparte, solo mantén todo en ti, no me vomites más.

Ambos reímos y hablamos un rato más mientras limpiábamos y subíamos nuevamente a mi cuarto.

Nos metimos a bañar, sin casi ninguna intención de otra cosa más que ahorrar tiempo para poder dormir.

Finalmente nos acostamos y quedamos dormidos casi al instante.

Quiero tener esta paz siempre.















|||
No sé si así se entreguen cosas en Italia pero digamos que si xd, en fin, he vuelto

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 28, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Instantes|| Nicola ZalewskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora