◇⃟̣̣⃕☕ᰥ𝑂𝑛𝑒-𝑠ℎ𝑜𝑡𝑠 ⚘꫶̣݄ꪳ݊[multifandom]

❞𝕄𝕒𝕕𝕣𝕦𝕘𝕒𝕕𝕒.❞

Su alarma empezó a sonar junto al canto de las alondras y de a poco iba abriendo sus cuencas, seguía cansado y no quería dejar su calientita cama, se movió un poco con las frazadas como queriéndose resistir a levantarse. Soltó un gruñido y posteriormente un suspiro.

– En este país hay que la-bu-rar. – se dijo a si mismo, reprochándose, para luego sacarse las frazadas de una y con pereza sentarse al borde de la cama. Se quedo viendo a sus pantuflas por un rato para luego ver su celular, eran las cinco y cinco de la mañana, se rasco un poco la cabeza y se levantó. No sin antes colocar la prótesis de su pierna faltante, que se encontraba al lado de su mesa de luz.

Abrió la ventana de su habitación para que entrara la luz del sol y posteriormente salir de la pieza. Caminaba y entraba a cada lugar para ir abriendo las ventanas, iluminando la casa en el proceso.

Se dirigiría al baño para primeramente, como todo ser vivo, hacer sus necesidades básicas e higienizarse. Se miro al espejo unos instantes, definitivamente su aspecto en las mañanas no era el mejor; su pelo rubio parecía un nido de horneros mal hecho, su cuenca derecha con su ojo celeste seguía medio cerrado y con lagañas mientras que su otra cuenca sin ojo estaba simplemente caída, sus labios estaban algo secos y su pijama estaba desarreglado.

Corregiría todo eso.

Agarraría un peine y empezaría a arreglar el nido amarillo que tenía como pelo, por ahí se arrancaba algún nudo, pero eran pequeños y el peine pasaba con facilidad, agradecía tener el pelo liso y no rizado. Tiraría los pelos que quedaron el peine a la basura para, después de dejar el peine en su lugar, empezar a lavarse los dientes. En medio de eso sintió como unos brazos lo abrazaban por la cintura y apoyaba su frente en su hombro. No se alertaría mucho, simplemente tomaría un trago de agua para luego escupirlo en el lavamanos.

– Buenos días flacucho, ¿Te desperté? – pregunto, pero en respuesta solo recibió un murmuro y que el contrario empezara a restregar su cabeza en su hombro, parecía un perro.

– ¿Por qué te levantaste…? – dijo finalmente, levantando la cabeza y dejando ahora apoyado la pera en el hombro del otro.

– Porque hoy tenemos laburo y hay que dejar a la nena en el jardín. – respondería luego de lavarse la cara y mientras se colocaba lo que parecía ser una prótesis ocular en su cuenca caída y esta se mantuviera estable.

– No quiero…¿Y si volvemos a la cama y decimos que nos afanaron las cubiertas? – propondría, sonando casi como un niño haciendo un berrinche para no ir a la escuela, lo cual, le causo gracia.

– Dust, amor de mi vida, mi corazón de arroz, eso no se lo cree ni tu abuela. ¿Qué pasa si se enteran que es tan creíble como la apariencia de Susana Giménez?

– Apareceríamos en Crónica: “¿A-caucho lo dudas?: Dijeron que les robaron las cubiertas, pero solo no querían laburar”.

– Pfff...Ay, Dios, sos tremendo cuando queres. Dale, higienízate al menos, después podés ver Crónica antes de irte.

–    Esta bien, esta bien, lo que diga el general Swap. – soltaría al nombrado de su abrazo y este se iría con una sonrisa. Se dirigiría de nuevo a su habitación y se pondría su uniforme militar y una mochila con su ropa normal. Volvería a salir y justo cruzarse con su esposo, aún mantenía una expresión cansada.

– ¿Cafecito? – diría alargando la última letra.

– Si hacen un reboot de Casados con Hijos yo mismo te llevo para ofrecerte hacer de Moni.

– ¿Y vos? ¿No harías ningún papel? Darías para hacer a Pepe, te falta el bigote.

– Na’, yo sería el perro. – respondería con gran orgullo, como si hubiera elegido el mejor papel, Swap se rio un poco.

– Lo que vos digas, ¿Vas a desayunar o te vas a desmayar en el izado?

– Me como una menta y listo, ¿Y vos?

– Un chicle, pero a la nena hay que darle algo.

– Yo le preparo un tostado, vos sentate un rato. Son las...cinco y cuarenta y cinco, falta una hora para salir.

– No nena, a la tarde si aún tenes sueño podés dormir más tarde, pero ahora hay que levantarse. – le sacaría las frazadas, dejando que sola se levante de la cama y ayudándola a cambiarse del pijama a su uniforme. – Anda a higienizarte y después ve con tu papa, que te preparo tu favorito: tostado de jamón y queso. – su hija asintió y se fue de la pieza, el se quedo para tender su cama y doblar la ropa de su pijama. Después de eso saldría de nuevo al comedor donde su hija recién empezaba a comer, vio el reloj y ya eran las seis y quince.

– ¿Ya te vas a ir? – preguntaría la niña.

– No princesita, aun me queda un rato, salgo a las seis y veinticinco.

– ¿Van a ver LazyTown conmigo entonces? – Dust y Swap asintieron y prendieron el televisor donde justo estaban pasando un capitulo de la serie, entre charlas y risas se hizo la hora de que se fueran.

Su hija limpio su plato y salió junto a su esposo cuando Swap abrió la puerta. Este ultimo se detuvo en frente de él, posaría sus dos manos en sus mejillas y le plantaría un beso en los labios. Pero no era un beso cualquiera, no, era un beso con lengua, uno lento y cargado de sentimientos; amor, cariño, aprecio.

Hace rato que no se besaban así, por lo cual decidido disfrutarlo y seguirle la corriente posando una de sus manos en el puente entre el cuello y la clavícula y la otra en la nuca para profundizar más el beso. Iban despacio y se movían ignorando por completo su entorno y el tiempo hasta que, unos instantes después, la voz de su hija los interrumpió.

– ¡Ewww! ¡Papá, papá, que asco! – ambos nombrados darían unas risitas por tal reacción, se separaron, Swap fue directamente a su moto y se puso el caso, Dust hizo lo mismo, pero además le pondría el casco a su hija y sentándola en su asiento “especial” que tenia su moto.

– ¡Que te vaya bien en el jardín mi bomboncito! Y a vos… – diría señalando a su esposo antes de arrancar. – espero que llegues a tiempo.

– Si, si, si, lo que diga, mi general. – ambos se irían por direcciones separadas, pero al final, tarde o temprano se verían, ya sea en su casa o en el trabajo.