CHAPTER - 3.

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TIMES NEW ROMAN.
COLOR NEGRO.










"NO EXISTE EL PASADO
PISADO SI SE TRATA DE VOS."














LOLA'S POINT OF VIEW.

Mamá insistió con que no viaje sola hasta la casa de los Soulé, tomando como excusa el frío y lo oscura que se había puesto la tarde cuando el reloj dió las 6 y punto. Era muy normal que con las bajas temperaturas el sol se oculte cada vez más temprano. Y eso, a la larga, ocasionaba que mis papás estén un poco más alerta de los horarios que manejaba en la facultad. Ya que la mayoría de las veces solía salir alrededor de las 17:45 y llegaba a mi casa muy de noche, teniendo que estar con el celular encima cada dos por tres para no preocupar de más a mis progenitores.

No sabía cómo llegar a la casa de aquella familia, y no porque sea muy lejos, sino porque rara vez viajaba para esos lados. Se complicaba bastante el hecho de manejarme sola cuando el terreno no estaba lo suficientemente estudiado (lol) y mi mamá, conociéndome hasta la uña del pie, sabía que lo más probable era que yo me pierda y nunca llegue al punto de encuentro.

Era imposible que me negara. Primero, porque tenía auto y me evitaría un mal momento estando en el colectivo. Segundo, porque conocía con exactitud cada manzana, cuadra y calle de toda la ciudad y era muy poco probable que quedemos a la deriva. Tercero, si existía la mínima posibilidad de qué mamá esté ahí cuando Matías dé un mínimo indicio de presencia, era más rápido y accesible huir de su horrible interacción.

Nunca podría no recordar el desprecio que le tenía. Era algo que sucedía de forma inconsciente. Se sentía como un mismísimo foco de luz encenderse cuando la palabra odiar pasaba por mi cabeza; porque automáticamente la imagen de él corría por mis sentidos y me recordaba una y otra vez, lo detestable que podría llegar a ser un ser humano.

— ¿Ya estás lista, Loli? —preguntó mamá desde el otro lado de la puerta, golpeando antes de gesticular alguna oración.

— Sí ma, espérame abajo que termino de hacer algo.

Mi delineador por arte de magia estaba seco y eso atrasó por completo el hecho de que salga de casa más temprano. Cada vez que la pintura dejaba de pigmentar, mojaba una y otra vez aquel pequeño pincel con el fin de terminar una mísera línea que gracias a dios, no había quedado torcida.

Ni siquiera había entrado a la casa y ya tenía un mal humor impresionante.

Sólo deseaba que él no esté ahí.

Pero, entonces...¿por qué me estoy preocupando tanto en mi apariencia? Si rara vez realizaba un make up tan cargado que no sea para una ocasión en especial. Y Matías no tenía nada de especial, ni tampoco debía impresionarse con mi arreglo físico cuando claramente eso a mí no me interesaba en lo absoluto. ¿Quería demostrarle algo? Aún no lo sé y no pienso averiguarlo hasta saber que eso a él le afecta en su mayoría.

Porque si lucir así era producto de mi capricho siendo su propio karma, iba por un grandísimo y maravilloso camino. Era claro que deseaba, ansiaba y quería con todas mis fuerzas que se arrepienta de rodillas frente a mí. Necesitaba y quería que se sienta decepcionado de sí mismo y llore por un perdón que nunca voy a poder darle.

— Ya estoy. —avisé al bajar y encontrarme con toda mi familia en el living.

— ¿Por qué tan linda? —levantó una ceja Mateo, haciendo que mis otros dos hermanos giraran rápidamente su vista hacía mí.

— Mal, ¿a dónde vas? —contraatacó Cristian.

— Voy a unas clases de particular. —murmuré poniendo los ojos en blanco.— Necesito aprobar resolución de problemas o no voy a poder pasar el cuatrimestre.

nobody gets me,   matias soulé.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora