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109. El anti-peripatético. "No he tenido más que pensamientos sin valor, como los que se nos ocurren mientras caminamos". – Wittgenstein, Diario.

110. La locura es un malentendido de uno consigo mismo.

111. Ha perjudicado mucho a la psicología el no haber distinguido entre la locura y la hiper-cordura. Un cierto grado de ilusión, de desconexión con la realidad, de insensatez, es normal: beneficia a la sociedad y hace la vida mejor.

112. La locura es en esencia egoísmo: un egoísmo tan extremo, que rechaza las leyes de la lógica y las relaciones de causa y efecto más evidentes cuando estas contradicen los deseos personales.

113. El odio que no tiene ninguna razón no tiene tampoco perdón. Porque perdonar es comprender que nuestras razones para odiar a alguien no son suficientes para justificar ese odio. El odio sin fundamentos es infinito por la misma razón por la que lo es cualquier número dividido por cero.

114. El test de Turing al revés. Si uno habla con alguien y no logra distinguir sus respuestas de las que daría una máquina, eso ha dejado de ser un ser humano.

115. "La muerte está tan segura de ganar, que nos da toda una vida de ventaja". – Grafito anónimo.

116. La hipocresía es un idealismo de rango inferior. A fin de cuentas: nadie es hipócrita si no considera que las cosas deberían ser de otro modo, distinto y mejor del que son en realidad.

... También podría haber expresado esta misma idea de otro modo...

117. Idealizar a alguien implica necesariamente una total falta de interés por saber quién es el idealizado en realidad. No se puede idealizar a nadie a quien se le preste atención.

118. Al ver un vaso de agua por la mitad; el pesimista dice que esta medio vació; el optimista, que está medio lleno; el positivista, que está por la mitad; el nihilista, que es poca y, el existencialista, que él quería cerveza.

119. Si le tiramos de los bigotes al tigre disfrazado de asno, no va a rebuznar.

120. La hostilidad de los malos es un indicio más confiable de que vamos por buen camino que no la benevolencia de los buenos. Porque los buenos son generosos y un poco ingenuos. Por eso desconfío de sus elogios. Hay que asegurarse de ser odiado por los hijos de putas.

121. Epicureísmo: Vida de sobremesa.

122. Los inquisidores me caen mal hasta cuando las brujas existen.

123. El corazón tiene razones que no entiende ni él.

124. "El amor trasmuta al sexo como el alquimista al plomo".

O sea: ...cobra por anticipado y sale rajando.

125. Aristóteles describió la amistad como "un alma que mora en dos cuerpos".

...Son cosas que uno dice cuando tiene una amiga con la que no logra entablar una relación en donde un cuerpo more dentro de otro.

126. Aristóteles dice que Licurgo, Solón y Anaxágoras fueron considerados sabios en las ciudades donde residieron a pesar de ser extranjeros; que Esopo lo fue a pesar de ser un esclavo; Safo, a pesar de ser mujer; Anacarsis, a pesar de ser bárbaro. Tantas excepciones nos llevan a preguntarnos si no estaremos en realidad ante una regla.

127. En contra del optimismo.

* Al ver un vaso por la mitad, cualquier orate ve que está medio lleno: ver LO QUE FALTA implica un mayor grado de abstracción y, por tanto, revela una mayor inteligencia.

* El optimista es conformista: quien no ve el vaso medio vacío, dudosamente se ocupe de terminar de llenarlo, se conforma con lo que hay.

* El optimista es tolerante con las injusticias, porque: cuando ve una de esas películas de romanos donde 20 esclavos llevan a un tipo en una góndola, automáticamente cree que él hubiese sido el tipo de la góndola.

* El optimista tiende a negar o justificar el sufrimiento. Coincido con Schopenhauer en que el optimismo no solo es erróneo, sino inmoral.

* Si el optimismo religioso (digamos: la creencia de algunos protestantes en la salvación universal) se generalizase, sería una calamidad social. Porque, si no hay motivo para temer la muerte, entonces; ¿para que la medicina?, ¿para qué controlar los alimentos? etcétera.

* El optimista se frustra cuando topa con una realidad pésima y probablemente reaccione violentamente o busque un chivo expiatorio. El pesimista que topa imprevistamente con una realidad óptima, se asombra y se pone contento.

* El optimista de sí mismo no busca corregir sus errores, ni reparar los males que hizo, ni revisa a ver si sus ideas son incorrectas. Está contento consigo mismo tal como es.

* Algunos botes salvavidas del Titanic con capacidad para 60 personas fueron rescatados del mar con solo 12 tripulantes. El Titanic se hundió con 1.500 optimistas a bordo.

128. Spinoza dice que, cuando advertimos que una persona ama a alguien a quien nosotros odiamos, odiaremos también a esa persona. Dos Juan odia a las mujeres que lo aman. Por lo tanto, se odia a sí mismo.

129. El hipócrita y el perverso. Un hipócrita es alguien que dice creer en una cosa, y en realidad cree en otra distinta. Por eso se dice que el hipócrita "tiene dos caras". Un perverso no tiene una creencia oculta y se ofenderá sinceramente de la acusación de ser un hipócrita: "Yo no tengo dos caras, sino una sola", y esto es verdad. Pero lo que no dice es cuál tiene. El honesto dice lo que piensa realmente. El discurso del perverso es una mera máscara, una fachada, como la del hipócrita. Con la diferencia de que no oculta nada. No hay ninguna verdad debajo de la máscara.

130. El mal existe en todo grupo humano. En unos, como inconsecuencia o desviación de los principios en los que se funda el grupo; en otros, como consecuencia con dichos principios. La maldad de los adeptos no debe impedirnos suscribir una idea. Lo que debemos preguntarnos es: ¿Los malos lo son por no seguir los principios del grupo, o lo son por seguirlos?

131. Al margen de cualquier teoría filosófica en ética, la regla moral práctica por la que intento regir mi vida es esta: Si yo no puedo decirle, sin avergonzarme de mí mismo, a cualquier persona, viva o muerta, sin excepción, lo que pienso; entonces, lo que pienso es malo.

132. Las 3 educaciones. Toda educación, pasada, presente o futura, se ha propuesto uno de tres únicos objetivos posibles: formar esclavos, formar aristócratas o formar hombres libres.

La educación para esclavos se caracteriza por la total falta de interés en formar a la persona. La persona es un instrumento al servicio de un fin, no un fin en sí.

La educación para aristócratas, por el contrario, se enfoca principalmente en formar el carácter. Los deportes rudos son un elemento central de esto. La educación para aristócratas busca evitar que la persona desarrolle la sumisión y la cobardía que se fomenta en el esclavo. Pero también que se vuelva demasiado individual. Así que se combina la lucha con deportes de equipo y toda clase de actividades colectivas: cantar en coros, rezar juntos y similares.

La educación para hombres libres fomenta el pensamiento crítico, prefiere los deportes donde el individuo compite contra entidades abstractas como el espacio y el tiempo, como el atletismo o la natación, y presta una gran atención a la retórica. Tampoco desdeña la capacitación técnica: porque el hombre libre va a tener que "ganarse la vida" de algún modo: Su vida no le es dada, como al aristócrata, ni le pertenece a otro, como la del esclavo.

133. Un error compartido por filósofos y terapeutas es confundir el pesimismo con la depresión. Prueba de que esos conceptos no son sinónimos es que existe el depresivo optimista, cuyo discurso es algo así como: "El mundo es perfecto, excepto por mí, que soy lo único que apesta".

134. El espacio exterior queda a una hora y media en automóvil ... hacía arriba.

135. Desconfío de todo lo que es demasiado grande, porque yo soy pequeño.

La filosofía relajadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora