II

812 17 22
                                    


28. Los psicofármacos son imposibles. Imaginen esta escena de una obra de teatro: Una mujer ha asesinado a su esposo y debe aparecer en público fingiendo tristeza, así que corta una cebolla por la mitad y se frota los ojos. Entonces sale al público llorando y lanzando ruidosos lamentos. Creo que todos describiríamos esa situación diciendo que "está fingiendo". Pero ahora imaginemos una variante de la misma obra: La trama es la misma, sólo que, en vez de frotarse los ojos con cebolla, la asesina toma una píldora que la hace estar triste. Me refiero a estar realmente triste. Cuando la píldora hace efecto, la asesina sale al público: sus lágrimas son reales, sus lamentos son realmente sentidos, pero no llora ni se lamenta por la muerte de su esposo, sino porque ha tomado la píldora de la tristeza. ¿Seguimos pensando que "está fingiendo"? La respuesta a esta pregunta depende de cómo definamos "fingir". La asesina de la primera obra no tiene los sentimientos que se consideran apropiados a su situación; la asesina de la segunda, sí, pero no por las causas que se consideran apropiadas. Una droga puede modificar nuestros sentimientos, pero no puede alterar el curso de nuestros pensamientos ni la realidad objetiva que motiva esos pensamientos. "Psicofármaco" es un oxímoron. Si algo es un fármaco, no puede ser para la psique.

29. Criterio para diferenciar la religión verdadera de las religiones falsas: En la religión verdadera, Dios, como mínimo, se da una vuelta en las fiestas de año nuevo para brindar con los fieles y desearles feliz año.
Todas las demás son un curro.

30. Priapo. Los romanos de la época imperial se permitían decir, acerca de un ridículo dios rural, lo que pensaban —y callaban— acerca de todos los dioses.

El mundo es hipócrita, pero siempre hay Priapos.

31. Cuando a Aníbal se le infectó un ojo, lo operó el veterinario que cuidaba sus elefantes. La medicina de su tiempo era un cúmulo de supersticiones sin ningún fundamento científico, pero los veterinarios ejercían una medicina racional.

Siempre hay elefantes.

32. Un antiguo cuento Zen dice que un día, un maestro llegó al dojo con un palo y les hizo a sus discípulos una pregunta: "¿Es este palo real?", y les previno: "Al que me diga que es real, lo voy a golpear con el palo; al que me diga que no es real, lo voy a golpear con el palo; al que no me responda, lo voy a golpear con el palo". Todos se quedaron muy nerviosos; pero uno se levantó tranquilamente, le sacó el palo de las manos, lo rompió contra su rodilla y volvió a sentarse.

Hay que aprender a romper palos.

33. Toda idea comienza siendo postulada y aceptada solo por unos pocos. Su aceptación crece y, al alcanzar la cúspide de su aceptación, se empiezan a advertir sus inconsecuencias lógicas y sus lagunas donde falla en explicar la realidad. Su aceptación empieza a decaer y vuelve a ser muy minoritaria. Ahora bien, la influencia política de la idea no acompaña su ciclo de aceptación creciente y posterior decadencia, sino que crece de modo continuo y exponencial. Y después desaparece de golpe. Nunca es más influyente políticamente una idea que durante su extrema decadencia filosófica. Por lo tanto, si vemos la Historia en su conjunto, nos encontraremos con que el mundo ha estado gobernado de modo casi invariable por ideas filosóficamente muertas.

34. Ventaja de las doctrinas que parten de una proposición notoriamente falsa: No es posible reducir al absurdo lo que ya lo es.

35. "Dolinesco/a": (adjetivo) Dícese de una idea que, al ser reducida al absurdo, en vez de ser rechazada, se la sigue aceptando y se aceptan también todos los disparates que se siguen por lógica de ella.

36. La filosofía está escrita en sus certificados de defunción.

37. La envidia lleva a las personas a hacerse, como preguntas retóricas, lo que deberían preguntarse de veras. "¡¿Por qué él es rico y yo soy pobre?!", nos grita el envidioso de modo retórico. Cuando debería preguntarse con calma: "¿Por qué él es rico y yo soy pobre?" Esta pregunta podría llevarlo a descubrir el modo de salir de su pobreza, a comprender qué es lo que está haciendo mal y qué errores está cometiendo que su vecino rico no comete; errores que lo mantienen en la pobreza.

La filosofía relajadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora