PRESENTE
Wilhelm bloqueó el móvil de nuevo. No quería ver más el Instagram de aquel chico. Se comparaba, no podía evitarlo. Se comparaba el pelo, los ojos, las cejas, la cara, el cuerpo... Aquel chico (según él) era mucho más guapo, con una cara dulce y una sonrisa perfecta. Y Wilhelm no tenía una mala autoestima, para nada, pero no podía evitar compararse con el que (también según él) era el nuevo "amigo" de Simon. Claro, que todo probablemente era producto de su imaginación. Si, tenía que ser eso.
Se incorporó de nuevo en la cama, y pensó por un momento en que hacer. Aquel palacio era aburrido de cojones si Simon no estaba en él. Wilhelm se levantó de la cama y se puso una camiseta blanca que reposaba en el sillón de su habitación. Si su madre era pesada con algo siempre era con que Wilhelm paseara según ella "desnudo" (en boxers) por el palacio. "Wilhelm, el futuro rey no puede ir desnudo a sus anchas por su casa" "Por mucho que vayas a ser el rey de Suecia no tienes derecho de ir así por casa" "Tienes que dar ejem..." Blah blah blah. Estaba cansado de que en cada frase le recordaran que era el futuro rey del país. Él lo sabía, y sabía que iba a tener una gran responsabilidad, pero era duro pensar que muchas de las responsabilidades de un país recaerían sobre él. Era demasiado joven. Wilhelm vivía "el ser el futuro rey" como un castigo más que una oportunidad.
Salió de su habitación, caminando lentamente descalzo, con la camiseta blanca y unos boxers. Caminó por uno de los muchos pasillos que tenía aquel palacio. Las paredes blancas estaban decoradas con cuadros caros que la familia había poseído durante cientos de años. Avanzó por aquel suelo reluciente recién limpio con lejía, podía olerlo. Iba desganado, salir de su habitación se le hacía difícil cuando se encontraba frágil emocionalmente, caminar por aquellos solitarios y vacíos pasillos, lo deprimía más.
-Querida alteza, ¿cómo se encuentra? Hace mucho que no le veo salir de su habitación.-Dijo Gustav, un trabajador del palacio real. Era un hombre de unos 50 años, vestido de traje, que solía salir por la puerta del despacho de su padre. Wilhelm no sabía muy bien de que se encargaba, probablemente era un gestor de finanzas, un guía de la economía de la casa real.
-Bien bueno, es que paso bastante tiempo en la habitación.
-Bueno, nos vemos.-Dijo Gustav, comenzando a bajar las escaleras que se encontraban en el lateral izquierdo del pasillo.
-Hasta luego.
Miro hacia el despacho de su padre, que se encontraba a dos puertas de distancia de su habitación. La puerta estaba medio abierta. Wilhelm se acercó sin hacer ruido, no era muy cotilla, pero quería ver que hacía su padre, haber si podía conversar con él, sentía que nunca en su vida había tenido tiempo para estar con Wilhelm. Así que el joven, aprovechaba todas las oportunidades que encontraba para hablar con su padre.
Se acercó a la puerta sigilosamente, no quería molestar, y cuando estaba cerca, oyó la voz de su madre:
-Tendrá que espabilar.
-Será una etapa, Wilhelm está confundido, si algo se de mi hijo es que no es un maricón.-Dijo su padre levantando la voz.
-Lo sé Ludvig, pero lo veo deprimido, apenas sale de su habitación, y come poco.
-Si va a ser rey tendrá que dejar esas tonterías de deprimirse de lado, y ser un hombre de verdad.-Pronunció su padre levantando la voz.-Lo mimaste demasiado cuando era crío, y ahora es una nenaza... Es tu culpa Kristina.
-¡Puto cabrón! ¿Me estás echando la culpa de que nuestro hijo sea como es?
Wilhelm se echó para atrás. Se quedó quieto en el sitio. Mantuvo el rostro serio mirando hacia el suelo. Se limpió rápidamente la lágrima que pintó su mejilla. Estaba tan dolido como enfadado, se le partió el alma al escuchar a sus padres hablar de aquella manera sobre él. Dolía, dolía como el infierno saber que ya nadie lo quería como se merecía, todas las personas eran puñales clavados en su espalda. Haciendo que su alma se desangrara, que al suelo de aquel palacio solo cayeran máscaras de identidades falsas.
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Runaway | Young Royals
FanfictionWilhelm estaba completamente atrapado en el pasado. Después de romper con Simon el ultimo día antes de las vacaciones de invierno, se había pasado cada día afrontando la dura realidad, y el mundo que no veía cuando estaba con él: sus padres, la real...