un simple cliché - Jeongcheol & Jihan -

café

No se creía un genio, mucho menos un revolucionario, solo era lo suficientemente astuto para dedicar su tiempo en cosas valiosas: Estudiar, deberes y un toque de ejercicio. Y lo último, aunque lo seguía sintiendo innecesario, su salud iba por delante de su perezosa alma. Así era Seungcheol, alguien inteligente por su esfuerzo y tan malditamente organizado como para tener alarmas por cada acción que realizaría en su día a día.

5:00 am - Hora de levantarse

Casi como si estuviera en piloto automático, se levantó de su cama y lo primero que realizó al despertar fue tenderla. Según un libro de "10 pasos para una mente brillante", eso ayudaba a activar su cerebro y fortalecer su motivación. Vio hacia el calendario de su derecha. Las hojas se balanceaban delicadamente, al parecer, había dejado la ventana abierta , pero eso no impidió que pudiera ver en foco aquel circulo rojo entre los números.

Maldición.

Otro curso general más y probablemente se mataría.

Se suponía que solo debería tolerar estudiar cosas que no se relacionaran con su carrera por lo menos unos 3 ciclos ;sin embargo, debido a un pequeño desliz, debía cursar "Redacción 2" a casi mitad de carrera. 

Tomando con asco el último trago de extracto verde "saludable", sale al metro. Ni siquiera su clase iniciaría hasta las 11:30 , pero necesitaba comer y dinero, era su hora de trabajo. ¡Claro que sí! Él era la viva imagen de chico becado, trabajos extras e introvertido. Vaya vida. 

A través de su ventana notaba como  las casas y edificios se volvían menos sombrías y el sol brillante empezaba a bañarlas, lo único realmente bueno de trabajar en las mañanas. Apoyó sus hombros sobre el cristal de su costado, suspirando,  estaba más gruñón de lo habitual. No sabía si era por el mechón rizado detrás de su oreja o si porque pronto sería primavera y en su trabajo vendrían más parejas de lo habitual.  

Al igual que un robot, toma las llaves entre sus dedos, ni bien llega al local y abre sus puertas. Aunque fueran recién las 7 de la mañana, su jefa solía quedarse dormida y confiaba en que él abriera. 

Seungcheol el hombre de confianza y el hombre con más trabajo.

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Mierda.

Ya eran las nueve y apenas había despertado.

Mingyu le había remarcado hasta el cansancio que debían reunirse en "Sunny's coffee" a las 9:30 para ingeniárselas en cómo demonios avanzarían el informe que les dejaron hace 5 semanas atrás y debían entregar pasado mañana. 

— Idiota. Eso te pasa por unirte con Mingyu. — Maldijo entre dientes a la par que se lavaba lo más rápido la cara. — ¡Únete con el chico fiestero y lindo! ¡Claro, Jeonghan, era obvio que sería "responsable"! — 

Con las justas pensó en ponerse unos jeans simples y su polo menos sucio - incluso se había olvidado de poner a lavar la ropa-. Honestamente no ayudaban las ojeras en su cara, pero por hoy sería lo suficientemente humilde para no arreglarse antes de ver a Kim. A la mierda él y su sonrisa diciendo "Aún hay tiempo, reunámonos otro día".

Corriendo y esperando que ninguna admiradora suya lo vea en ese estado, toma el primer taxi que se le cruza.

Mingyu: ¿Jeonghan ya llegaste? Tenemos que hacer el proyecto lo más antes posible, no tardes.

Hijo de pu...

Todavía se ponía a reclamarle.

9:25 am.

Sin siquiera ver si el taxista le dio el vuelto completo, sale despavorido, capaz la gente podría catalogarlo de muchas cosas, pero de "tardón", nunca. Ni bien entra al local mira a todas las direcciones esperando encontrar a Kim. Claro. No estaba.