Capitulo II

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"¿Héroe?... Vaya chiste"- fueron las palabras del pelinegro que hicieron regresar a la realidad a la pequeña castaña.

"¿Q-qué fue lo que pasó?"- duditativo por lo todo lo anterior que había pasado no sabía que fue lo que sucedió.

"Ahora no"- respondió el chico mientras caminaba en dirección al caido -"Responderé todas y cada una de las preguntas que tengas, pero no puede hacerse este momento.... Ellos ya están por llegar"

"P-pero"

"Pero nada... Tenemos que irnos antes de que nos metamos en problemas con los demonios"- interrumpió el chico regresando con la chica mientras arrastraba del pie al que intento matarla.

"!¿Demonios?¡"- pregunto exaltada, aparentemente su noche no había más que empeorar.

"En verdad que haces muchas preguntas. Vámonos"- tomo de la mano a la chica y de un rápido moviendo la monto sobre su espalda, no ella misma sabía cómo había logrado hacer eso tan rápido. -"Sujetate fuerte"- y después de dichas palabras empezó a saltar rápidamente de techo en techo como aquel anime de ninjas y jutsus que había visto hace un tiempo.

Mientras más se alejaban todo cambiaba, ya volvían aparecer las personas y los autos, mientras de fondo se escuchaban las voces y los ruidos de los autos. Era sumamente extraño, era como si hace rato estuviera en otro mundo, como si estuviera en otra dimensión, no entendía nada de lo que estaba pasando.

Rápidamente ya habían llegado a la calle rumbo a su casa, y paro en uno de los tantos callejones del lugar. ¿Acaso sabía que era vivía por allí? O solo era una simple coincidencia.

"Hemos llegado. Mañana en el receso hablaremos, se que tienes muchas preguntas pero relájate y trata de dormir un poco"- la voz del chico interrumpió sus acelerados pensamientos y se le quedó viendo unos momentos -"Toma, esto hará que te sientas mejor. A mí me ayuda"- dijo para posteriormente sacar de uno de los bolsillos de la chaqueta del uniforme de la escuela una barra de chocolate.

La tomo entre sus manos temblorosas por todo lo que había sucedido, y vio como el se daba la vuelta para recoger una vez más a su atacante. ¿Debería de decir gracias? ¿Debería de seguir preguntandole por lo ocurrido?

"Descansa"- con esas simples palabras y sin darse la vuelta para mirarle a los ojos desapareció de su vista, como si se hubiera teletransportado, casi como si se hubiera hecho invisible.

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Ella se encontraba en clases, no había podido dormir en toda la noche pero aún así no tenía sueño, los nervios la carcomian por dentro, a cada rato volteaba la mirada para mirar al chico que la había salvado de morir la noche anterior.

"Ring Ring Ring"- la campana que indicaba salir al receso había sonado, y rápidamente se levantó de su asiento.

"Oye, ¿Qué quieres comer el día de hoy?- pregunto su amiga Aika que se sentaba justo al lado de ella, pero aún así no la escucho y fue directamente a preguntar al chico qué demonios había pasado el día de ayer.

Aika se quedó sorprendida que su tímida amiga finalmente se halla atrevido hablarle al nuevo alumno, en sus adentros no pudo evitar sonreír y desearle lo mejor a su amiga mientras ella se dirigía a la cafetería a comer su almuerzo.

"T-tenemos que hablar"- dijo la chica con un leve rubor en sus mejillas, el chico, a pesar de sus ojeras era bastante guapo a su parecer y sus ojos azules solo le hacían resaltar más sobre los demas.

Ya bajo el árbol en el que había estado la semana pasada junto a Matsuda y Motohama, se dingo finalmente el joven a responder todas las preguntas que tenía la chica.

¿Héroe?... Vaya chisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora