꒱ | Capítulo 3

244 48 3
                                    

Aquel día, sorprendentemente era tranquilo estaba emocionada por llegar a casa y escuchar las cosas que su hija había aprendido el día de hoy

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aquel día, sorprendentemente era tranquilo estaba emocionada por llegar a casa y escuchar las cosas que su hija había aprendido el día de hoy. Se había vuelto una rutina, escucharla hablar sobre los entrenamientos mientras ella hacía la cena, o escuchar algo relacionada con la entrenadora.

Por lo poco que había podido ver, claro.

Aquel viernes llega temprano y se encuentra a Yunjin riendo por algo que Jeongyeon dicho junto a otro niño, que asume es el amigo del que Yunjin a empezado a hablar. Sonríe mientras se acerca, y hay una sensación extraña que se forma en su pecho cuando los ve reír por algo que Jeongyeon estaba contando.

—¡Mami!—Yunjin grita alegre al verla y corre hasta ella para abrazarla.

—Hola bebé, te extrañé mucho—Dice tomándola en brazos y abrazándola con fuerza, con una enorme sonrisa.

—¡Y yo, y yo!

—¿Que tal te ha ido? ¿Te has divertido?

Jihyo sonríe aún más ante la emoción de su hija, que parece ser la niña más feliz del mundo.

Deja a Yunjin de vuelta en el suelo, y su mirada cae en Jeongyeon quien las mira con una pequeña sonrisa.

Yunjin asiente y toma del suelo su mochila amarilla, se la coloca en los hombros con rapidez y se dirige hasta donde la rubia se encuentra.

—Entrenadora Jeong, ya me voy—Jeongyeon asiente.

—Nos veremos el lunes pequeña portera, será divertido.

—¡No puedo esperar!—Exclama con la máxima emoción en su pequeño cuerpo, dando saltitos de un lado a otro mientras toma la mano de su madre.

—Adiós—Jihyo se despide en un susurro, esta vez mirando fijamente a los ojos de la coreana.

—Adiós, Jihyo.

Cuando se ha dado la vuelta y camina hasta el coche de la mano de su pequeña, no se da cuenta de la sonrisa que se ha quedado dibujada en su rostro tras las palabras de la entrenadora de su hija. Y cuando se da cuenta de aquello, se muerde el labio con fuerza intentando detenerlo.

—Bien, esta noche tenemos nuggets de dinosaurios para cenar—Jihyo dice con cierto entusiasmo, sabiendo que a Yunjin le encantaban.

—¿Que celebramos?—Pregunta la pequeña mientras su madre le ata el cinturón.

—Que has tenido un buen entrenamiento y yo he terminado con mucho trabajo que tenía encima.

Los ojos de Yunjin se iluminan y asiente para seguidamente exclamar:

—¡Dinosaurios!

—¡Dinosaurios!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Entrenadora Jeong! | JeongHyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora