Chapter 4 - Endless war

602 67 3
                                    

Estaba oscuro, muy oscuro, la cabeza le daba vueltas, ¿Le habían noqueado?, era lo más evidente por el hilito de sangre seca que sintió bajo su nariz y parte de la barbilla, lo limpió con el guante que le quedaba en la mano izquierda. Lentamente intentó levantarse de la fría plancha de roca en donde se hallaba... no pudo, estaba encadenado, sus tobillos tenían gruesos grilletes tallados con runas y cadenas que se le hacían demasiado cortas, más útiles si hubiesen sido colocadas alrededor de sus puños, pero en los tobillos hacían más daño, sería imposible romperlos con herramientas normales, la habitación era pequeña y comenzaba a sentir un frío sobrenatural que lo alertó, de pronto todas las antorchas se encendieron de golpe.

—Por fin despiertas bello durmiente~ —La voz del oso demonio resonó en la oscuridad de la reducida habitación —No fue mi intensión golpearte taaan fuerte. —Su voz demostraba la sorna, su maldita costumbre de burlarse de las desgracias ajenas, en verdad le odiaba.

—¿Qué demonios quieres de mí Doblas? —Le observaba de reojo mientras el ser demoníaco flotaba a su alrededor, como pudo se sentó en la losa de roca, aún se sentía mareado.

—¿No sería mejor que me comentes tú, señor brujogetta, el para qué puedes serme de utilidad? —enfatizaba con burla su pregunta mientras se acercaba y tomaba la cara de su interlocutor entre las garras de una de sus espantosas manos, volvía a hacerle daño, con malicia enterró un poco sus garras en la piel del elfo que soltó una ahogada queja de dolor.

—No logro imaginar lo que piensas, no soy brujo, soy un ingeniero mecánico y constructor, eso es todo lo que sé.

—No eres eso solamente mi querido elfo-mago-guerrero-héroe de Karmaland —le hablaba con furia, el enojo del demonio se sentía en el ambiente y en la presión que comenzaba a aumentar en las mejillas de su prisionero, gruesas gotas de sangre comenzaron a caer al piso.

—No sé de qué ...diablos ... estás hablando —sus palabras salían con dificultad, el dolor de su rostro siendo perforado y la presión sobre su mandíbula le estaba abrumando, sus manos intentaban zafar el agarre del demonio, pero era en vano, comenzó a notar los efectos de alguna poción que le había sido administrada, una de debilidad al parecer, una de larga duración.

—Vamos Vegettita... no te hagas el desentendido... ¿O es que acaso quieres que me ponga rudo contigo? — y así sin más, estampó el rostro del elfo en la losa de roca, le dejó casi inconsciente mientras lamía la sangre que había quedado en sus garras y una diabólica sonrisa se extendía por su rostro, se estaba divirtiendo y mucho.

***********************************************************************************************

Tres figuras se internaron en los pasillos tenuemente iluminados de aquella biblioteca mística, Maxo avanzaba a toda prisa y Foolish le seguía con su hija en brazos, tenía el peor mal presentimiento que jamás había sentido y el corazón le iba a mil por hora.

—Max, ¿tú estás seguro que esto va a funcionar?

—No te preocupes amigo, lo vamos a encontrar —La voz de Maxo se notaba extraña, mas... grave, profunda, como si se tratase de otra persona, Foolish ni Leo le habían escuchado así jamás.

—Ermmm... Max... ¿Estás... estás bien? —de pronto sintió un escalofrío al escucharle hablar, habría jurado ver que Maximus estaba... ¿Cambiando de forma?

—Te dije mi buen amigo, que solía ser un poderoso hechicero, un druida para ser exactos, esta que ves ahora es mi verdadera identidad, Vegetta me conocía antes como Sapo Peta, ambos, mejor dicho, todos los que estamos hoy aquí provenimos de universos distintos, el Karma nos ha traído a este lugar por razones que aún desconozco pero que al parecer no son malignas... por ahora.

What if...?  // ¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora