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Honestamente, Minho creyó que siquiera podría conciliar sueño. Luego de hacer el amor con el Diablo, no se creyó capaz de pegar un ojo, ya que éste lo había hecho sentir el humano más amado de toda la tierra, pero, tal como lo dijo: "hoy". Solo aquel día, y eso sería todo.
Aquello no había salido de su cabeza en ningún momento, creyendo que no habría un mañana para él, pero no le importaba para nada, ya que se encontraba embobado por la exquisita sensación de los cálidos y fuertes brazos de Jisung envolviendo su cuerpo.
Se sentía protegido, pero muy agotado.
Tenía más sueño de lo que alguna vez había tenido, e incluso creía que Jisung podría estar provocando aquello. Sin embargo, estaba realmente cansado como para preguntarle, o despedirse apropiadamente del - ahora- amor de su vida, incluso si éste era el que lo haría desaparecer de la faz de la tierra.
O lo enviaría al infierno.
El arcángel pasó las cálidas yemas de sus dedos por el pálido brazo del joven, quien se estremecía con el toque, a la par que veía cada vez más nublado. Para cuando quiso darse cuenta, ya se había dormido.
Y despertó al siguiente día.
El dolor que sentía en sus músculos era inexplicable, la pesadez de su cuerpo lo fastidiaba un poco, y el leve malestar en su pecho empeoraba todo. Las cobijas cubrían su figura, y la de Jisung, quien lo abrazaba por detrás. Quitando el malestar que llevaba sobre él de la larga lista de problemas en su mente, estaba verdaderamente feliz. Había tenido su primer beso, había hecho el amor por primera vez, y todo eso con el Diablo.
Con Jisung.
Ya nada podría ir mal.
Se removió un poco al sentir que la mano del rey de las tinieblas le acariciaba el abdomen. Claramente estaba despierto... ¿siquiera dormía? Por supuesto que no lo hacía.
¿Siquiera él seguía vivo, o era todo una ilusión?
— Mh —Jisung murmuró luego de inhalar profundamente por la nariz, la cual rozaba los mechones de Minho—. Hueles como si te hubiese hecho mío.
Tiró suavemente del cuerpo del joven, quien se dio la vuelta hasta quedar frente al desnudo cuerpo del arcángel. Su oído izquierdo ya no emanaba aquel irritante sonido, por lo cual podría observar los ojos ajenos las veces que lo desee. Sin embargo, se sentía avergonzado como para reencontrar su mirada con el Diablo, pero no pudo evitar fijarse en sus labios; rojos, finos y muy suaves.
Jisung tampoco pudo evitarlo, acercando su rostro al contrario y rozando sus narices por un momento antes de besarlo. Era suave, lento, degustando los gruesos labios de su niño favorito, quien -a pesar de, también, estar disfrutándolo-, parecía estar algo perdido en sus pensamientos. El arcángel se apartó un poco para observarlo en silencio, como si supiese que Minho hablaría.
— Sigo aquí —murmuró el último nombrado, parpadeando lentamente y, con algo de timidez, rodeando el cuello del Diablo con sus brazos. Éste volvió a acercarse, llevando su rostro a la mandíbula del mundano, y dejando unos suaves pero cortos besos sobre su piel.
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Dancing With The Devil.《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿ
Fiksi PenggemarEs 1967 y Minho está harto de ser aquel chiquillo religioso al cual todos molestan. Cansado de un dios fingiendo oídos sordos, decide tomar sus propias riendas a escondidas: ¿Qué tan mal podría irle si recurriese al mismísimo Diablo? ¿Qué tan rápido...