Capítulo 03

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Mis ojos ardían al despertar, era de esperarse, lloré toda la noche y no pude dormir del todo bien, tal vez dormí 3 horas, no lo sé con exactitud.

Cuando me levante, mi cabeza empezo a dar vueltas de inmediato, me aferré a la mesita de noche mientras pasaba el pequeño mareo. Fruncí el ceño al ver que el mareo se intensificaba un poco, por lo que decidí ignorarlo, no era primera vez que me pasaba, cuando iba en secundaria me paso varias veces al levantarme rápido.

De repente sentí un ruido desde la cocina, mi corazón se aceleró de inmediato al imaginar a Giyuu, saber que había llegado me ponía muy contento, por lo que no demore ni un minuto y ya estaba en la cocina. Giyuu estaba terminando de lavar los platos sucios, sonreí al ver otro plato con el desayuno servido.

– Come luego que se va a enfríar – soltó haciendo que me sobresalte por la repentina orden.

– Buenos días también Giyuu – dije haciendo una mueca esperando un buenos días de su parte.

– Si si, lo que sea – dijo pasando al lado mío dandome un leve empujón, cerre los ojos debido al golpe y suspiré, al parecer nada había cambiado.

Giyuu se fue a sentar a ver televisión mientras yo lo miraba, extrañaba al chico que desayunaba conmigo, que me daba los buenos días, extraño a Giyuu.

Me senté a comer en silencio, por lo menos no estaba mal la comida, se acordo de mí, eso me hizo sonreír levemente.

– No sonrías de esa forma, te ves terrible.

Otra vez esa tristeza invadiendome, cada parte de mí ser, haciendome sentir que me ahogaba. Un nudo empezó a formarse en mi garganta impidendome comer.

A duras penas termine de comer, reprimiendo todo el dolor de mi corazón al escuchar esas palabras. Me levanté y lave todo, ví que Giyuu se iba a ir hacia la habitación principal, así que antes de que se fuera lo sujete de la muñeca.

El se dió vuelta y me miró con el ceño fruncido.

– No me toques, me das asco.

– Muchas gracias por el desayuno, estuvo delicioso – dije rápidamente cerrando los ojos, buscando reprimir mis lágrimas al escuchar eso, el aparto su brazo con brusquedad y se fue sin decir nada más.

Él de pronto paró en seco, abrí los ojos y lo ví mirandome, un escalofrío me recorrío de pies a cabeza.

– ¿Por qué eres así de insoportable? No sé en que estaba pensado antes del accidente para salir contigo.

Mí corazón realmente se rompió, podría jurar que sentí algo quebrarse allí dentro.

– ¿Q-Qué?

– Eso mismo, no sé que estaba pensado, en serio, yo quiero hacer muchas cosas, en las que tú claramente no entras. Algunas de esas cosas es conocer a alguien que realmente valga la pena, casarnos y tener una familia, cosa que tu no puedes darme, y aunque pudieras no estaría contigo ni muerto.

Empeze a sentir que me faltaba la respiración, mí pecho se oprimía de forma horrible, sentía que las piernas me fallaban, los ojos me picaban por las ganas de llorar, y mi cuerpo temblaba bruscamente.

– ¿E-Eso significa que...?

– No, no te volveré a amar nunca más. Una vez "terminemos" olvidaré todas estas peleas que tuvimos, te perdonaré y me perdonaré dándole el amor y cariño a mi futura familia, amor y cariño que no te quise y no te quiero dar a ti.

Las lágrimas no demoraron ni 10 segundos en salir, inundando mi rostro de agua. Se acercó a mí y me susurro al oído.

– Espero que con esas palabras por fin te quede claro.

Dijo eso y se fue hacia la habitación sin una pisca de arrepentimiento, mientras yo caía de rodillas inundado en lágrimas, balbuceos y sollozos que se escuchaban en el vacío silencioso del que se supone que es mi hogar. Nunca en mi vida había sentido tanto dolor, sentía que me tiraban a un acantilado sin salida, donde no entraba ni luz, ni aire, solo yo en un oscuro agujero.

Me sentí mareado de repente, la cabeza me daba vueltas, veía todo borroso. Quería vomitar, siento que en cualquier momento me voy a caer, como pude me agarre a la pared buscando un soporte mientras intentaba respirar lo más calmado posible.

Mis pensamientos no circulaban bien, no pensaba bien, nada estaba bien desde ese accidente y la culpa no paraba de carcomerme todo el día.

Me repetía constantemente porque no fui yo el que se accidento aquél día, porque tuvo que ser él, porque, simplemente, ¿Por que?

Había estado faltando a mis trabajos por unos días con la excusa del accidente de Giyuu, cuando realmente no tenía las fuerzas de levantarme a trabajar y fingir una sonrisa cuando todo estaba mal conmigo.

Mis lágrimas aumentaron al recordar a mis padres, que se habían ido de este mundo hace algunos años ya, y yo me hacia cargo de los gastos de nezuko.

Le preste mi antiguo departamento ya que no lo ocupaba al vivir con Giyuu, pagaba su universidad, además de ayudar economicamente a mi tío Urokodaki. Es por eso que tenía dos trabajos, para también poder ayudar a Giyuu con los gastos de la casa.

Mi corazón dolió al recordar esto, ya que con Urokodaki no teniamos una muy buena relación, al igual que Nezuko. Simplemente por el hecho de que no me gustaba como se comportaba en algunas ocasiones, aprovechandose de mi ayuda.

Estaba solo, sin familia y sin novio. Tenía amigos, sí, pero casi no hablo con ellos debido a mi falta de tiempo.

He dado todo de mí por los demás que ya no me queda nada por dar.

He dado todo de mí por los demás que ya no me queda nada por dar

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Solo tu y yo || GiyuuTanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora