- Tienes razón, y-yo... Lo siento mucho, n-no sé en que estaba pensando.
- Eso es exactamente lo que pasa, nunca piensas en los demás, sólo piensas en tí mismo, ¡Tienes que entender que yo ya no te amo! ¡ENTIENDELO DE UNA PUTA VEZ!
Giyuu sufre un a...
No sabía con exactitud cuántas horas había estado tirado en ese sillón durmiendo, pero al dormir de esa forma lo único que conseguí fue que me doliera horrible el cuello y la espalda. Abrí mis ojos con pesar, ya que estos por alguna razón me pesaron demasiado, cómo si no quisiera despertar.
Lo cierto era que no pude dormir bien, luego de haberme dormido en el sillón me desperté una hora despúes. Cuando ya estaba despierto me fijé que Giyuu no había llegado a la casa y el reloj marcaban que eran las tres de la madrugada. Aquello me preocupó bastante, por lo que le mande un mensaje.
«Giyuu-San, ¿En dónde estás? Ya es muy tarde y estoy preocupado por ti. Por favor cuídate, dejé una copia de las llaves bajo el tapete de la entrada.»
Suspiré luego de mandar el mensaje y apagué el telefóno sin saber que hacer. Despues de todo era las tres de la mañana, no había mucho que hacer. De repente una idea apareció por mi cabeza.
Quería unirme a un curso de repostería.
Cuando estaba en preparatoria solía ayudar a mis padres con su panadería, tomabamos turnos para cuidar de mis hermanos y atender la panadería. Tengo conocimientos básicos sobre esto, pero hace tiempo deje de hornear y hace tiempo quería volver a cocinar. Por lo que buscaría algún curso y entraría en este, además sería una muy buena oportunidad para acercarme a Giyuu.
Me puse a buscar unos cuantos cursos presencial los días que tengo libre del trabajo como profesor. Yo le enseño a cursos pequeños, ya que amo a los niños, especialmente los más pequeños. Está semana pedí un "descanso" de una semana por el accidente de Giyuu, estoy empezando a extrañar a los niños, especialmente ahora que estoy en la soledad de mi departamento.
Mi celular empezo a vibrar indicando que llegó una notificación, miré de inmediato viendo que era de Giyuu, mi corazón empezó a latir fuerte.
«No molestes y tampoco me esperes despierto, espero no verte.»
Cerré los ojos intentando retener mis lágrimas que amenazaban con salir en medio de la noche, guarde el celular tan rápido como lo saqué y empezé a sollozar, tapando mi cara con mis manos.
Las lágrimas me nublaban la vista, miraba hacia la ventana, en donde se veía la cuidad en completa oscuridad. Me acerqué hacia el barandal y miré el cielo, deseando con todas mis fuerzas que está pesadilla terminara pronto, que sólo fuera un mal sueño mío.
La opresión en mi pecho se hacia cada vez más grande, impidiendome respirar correctamente. Enterre mis uñas inconscientemente en mis brazos buscando algo que dañar para controlar el dolor de mi corazón.
Tome una bocanada de aire buscando tranqulizarme haciendo más presión sobre mis brazos, las lágrimas aún no paraban, el cuerpo me temblaba bruscamente por el frío de la noche, tenía unas ganas horribles de vomitar y me sentía muy mareado.
Mi vista se enfocó en el suelo, la idea de tirarme por aquél balcón era tentadora, pero no podía, tenía una familia y niños a los cuales cuidar, además de ayudar a Giyuu en este proceso tan difícil por el que esta pasando. Porque a pesar de todo lo seguire amando como el primer día, incluso si nunca más me recordara, si me deja de amar, o si rehace su vida con otra persona, yo siempre me voy a alegrar por él.
Sonreí inconscientemente, hablar de Giyuu siempre me a hecho feliz, todo lo que tenga que ver con él en realidad.
El sueño volvía a invadirme, por lo que me aleje del balcón para irme a recostar a la cama, cerre la ventana y mire el vacío del departamento, suspire, se sentía tan frío aquél hogar que con tanto cariño habiamos creado Giyuu y yo.
Ese pensamiento me quebró el corazón.
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Estaba en un bar, no había tomado tanto a decir verdad, solamente no quería estar en casa con... ese chico.
Él decía ser mi novio, pero a decir verdad no recordaba nada de aquél chico de cabellos rojizos. Era lindo, sí, pero nada aseguraba que fueran algo.
Suspiro y tomo su whisky de un solo trago, para luego dejar su vasito en la mesa.
De repente se empezó a sentir muy inquieto, algo dentro de él le decía que algo no estaba bien, no sabía con exactitud que cosa, pero algo no andaba bien.
Ignoro aquellos sentimientos, debe ser algo relacionado con el estrés debido a toda esta situación, más el tema de Tanjiro lo tenían así.
Miro el reloj y vió que ya era bastante tarde, pero a decir verdad no quería volver a aquél lugar con un chico tan insoportable como él, siempre hablando del mismo tema, ya lo aburría.
Pidió otro vaso de whisky, porque planeaba quedarse lo que más pudiera en aquél bar. De lo contrario explotaría nuevamente de la ira.
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Nada que decir, simplemente no tenía inspiración. Lamento mucho la demora y que el capítulo haya sido tan corto. En cuanto vuelva mi imaginación haré un capítulo más completo.
Tengo más historias en mi perfil por si quieren pasar a verlas y la espera no sea tan larga. <3
