- Our memories - ᴄʜɪsʜɪʏᴀ x ꜰᴇᴍ!ᴏᴄ

VIII. ¡Birthday!

SHUNTARŌ CHISHIYA

Me desperté y me encontraba en una posición inesperada.

Mi rostro hundido en su largo pelo, mi brazo rodeando su cintura, mi cuerpo pegado al suyo como si fuera uno solo. Rápidamente me acomodé lejos de ella, no me esperaba eso. Sin embargo, he dormido muy bien, por fin después de tantos años sin poder dormir cómodamente. Mi trabajo no me lo permitía y mis responsabilidades tampoco, aparte simplemente no podía dormir, nunca me sentía cómodo. ¿Así que con ella si, eh? sonreí levemente y me empecé a parar del césped.

Una vez de pie, pensaba qué podíamos hacer ahora. ¿De verdad nos tenemos que separar? La acompañaría, es obvio, pero necesitamos vencer a las figuras.

Y...ahora que recuerdo, algo pasaba este mes de marzo...

¡El cumpleaños de Katsuki! Es decir, ya fue hace varios días, si es que llevo bien la cuenta, pero no estaría mal "celebrarlo" en retraso, ¿no?

Ya que estamos, literalmente, en un bosque ¿qué le podría dar? Di un gran vistazo a mi alrededor, buscando aunque sea alguna idea de qué darle.

A decir verdad el cielo está muy bonito y la vista igual, cielo azul y totalmente despejado, sol reluciente, el agua del lago se ve cristalina y limpia, césped entre alto y más bajo, verde y una chica recostada en este en su quinto sueño...

Recorriendo mi vista más lejos pude llegar a ver unas cuántas flores de color blancas, bingo.

Me acerqué a ellas calmado, con las manos en los bolsillos.

Una vez que llegué pude ver aún más. Me arrodillé y con cuidado arranqué una flor blanca del césped. Definitivamente esto le daré.

Horas más tarde ya había notado que se empezaba a mover. En cuestión de segundos ya se encontraba sentada, tenía todo el pelo revuelto y alguno que otra hoja.

— ¿Dormiste bien?— pregunté.

— Aja.— respondió luchando por mantener los ojos abiertos.— Siento el triple de sueño.

— Bueno, tienes que levantarte. Tenemos que jugar.

— Oh si, a la final decidí no ir a uno de picas. Empezaría más suave, iré a la jota de tréboles.

— Estoy de acuerdo.

— ¡Dios, que sueño!— se volvió a quejar mientras se acostaba nuevamente.

— Por cierto, te tengo algo.

— ¿Mhm?— giró su cabeza en mi dirección sin moverse de su posición.— ¿A mí.

— Aja.— asentí y me senté a su lado.— Tengo entendido que tu cumpleaños fue hace días ya.

— ¿Cómo...?— se sentó rápido.— ¿Cómo te acordaste? Ni siquiera lo sabías...