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horas, minutos y segundos seguían pasando desde que había sido arrojado en aquella habitación,  ya no quedaban más lagrimas en su cuerpo, tampoco le quedaban fuerzas para seguir gritando ni tampoco le quedaba voz para seguir suplicando que por favor se detuvieran

tres... cuatro... cinco...

jimin no sabía cuánto tiempo había estado ahí pero sabía muy bien que no se iría pronto, le dolía el cuerpo, probablemente tendría rota una costilla, no podía respirar bien, su nariz había dejado de sangrar al igual que su labio y su ceja, podía adivinar que su ojo izquierdo ya estaba cerrado pues su vista en aquella periferia era borrosa

al menos agradecía le habían permitido ponerse de nuevo su ropa y nadie se había atrevido a tocarlo nuevamente, aquel corte en su mejilla izquierda dejaría una horrible marca, no quería imaginar cuánta sangre habría perdido ya pero sabía que no la suficiente como para que aquel hombre se preocupara por qué fuera a morir

—yo sé muy bien que tú no querías esto

la rasposa y desagradable voz de papi sonaba muy cerca de él, sabía bien que era el único de todos los hombres en la habitación que no había salido

—cuando hiciste lo que hiciste anoche —habló— debiste saber que estabas rompiendo la regla más importante, minie

—yo no hic...

—yo sé lo que hiciste —lo interrumpió— hope me lo dijo

hope había mentido solo para salvarse, hope había lanzado a jimin a los lobos con tal de salvarse, lo entendía perfectamente, cualquiera en ese lugar habría hecho lo mismo pero aún así no podía evitar sentir una enorme rabia crecer desde lo más profundo de su pecho, quería gritar, golpear a alguien

—tú muy bien sabes lo que pasa con los que desobedecen, amor

no

se alteró, intentó arrastrarse a la salida, la puerta se veía tan lejana desde el lugar donde se encontraba, la falta de sangre en su cuerpo lo estaba haciendo marearse, podía sentir los pasos acercarse hasta él y el arma siendo cargada lista para disparar y terminar con su vida

—escúchame bien, insecto

el punzante dolor en su cabeza cuando fue tomado por el cabello y obligado a ponerse medianamente de pie le hizo soltar un fuerte grito, sentía como su garganta se desgarraría en cualquier momento, el frío revólver presionado sobre su mejilla previamente lastimada causando que esta volviera a sangrar

—voy a ser generoso contigo porque nunca antes me habías causado problemas, pero tendrás que ser castigado

jimin sabía lo que eso significaba

—po-por favor no

lloró, suplicó que por favor se detuviera, ya había tenido suficiente dolor por ese día, no soportaría más

—¡guarda silencio maldito idiota!

el golpe de la pistola le aturdió, después de eso, no hubo más, todo se volvió oscuro, a lo lejos podía divisar a su hermano, papá lo enseñaba a jugar fútbol y mamá se encontraba sentada observándolos con su muy hermosa y característica sonrisa

—¡jimin, ven con nosotros!

—¡jiwoo!

lo intentó, corrió tras ellos, quería volver a ver a su hermano, quería que su padre lo volviera a abrazar, quería que mamá le preparara el desayuno y le contará cuentos maravillosos para volver a dormir cada que se despertaba a mitad de la noche por una pesadilla pero mientras más avanzaba hacia ellos, el panorama iba cambiando, todo se volvió rojo, había ruido por todos lados, el sonido de mil armas siendo disparadas en todas direcciones le aturdía y cuando abrió los ojos, toda su familia estaba tirada a sus pies

—fuiste tú

decía jiwoo, sangre escurría por su boca y lo miraba con odio

—tú nos mataste jimin

su papá lo apuntaba con un arma, de pie frente a él, con la marca de aquella bala que le había quitado la vida en la frente

—tú también debes morir, te mereces el infierno que estás viviendo, es por tu culpa que nos pasó esto








                                           •••





el amo jeon quiere verlo

yoongi miró al hombre frente a él, no dijo nada esta ocasión, cerró el libro y se dispuso a seguirlo hasta el despacho donde siempre se encontraba jungkook

—volviste a interrumpir mi lectura

se quejó en cuanto entró ignorando por completo la mala cara del pelinegro frente a él

—por lo que veo tienes algo nuevo que reprocharme otra vez ¿cierto?

yoongi era un ser muy extraño, le interesaba poco lo que hicieran con él y sobre todo no le tenía miedo a jungkook, cosa que al mismo jeon le parecía gracioso y era por eso que aún lo conservaba

—sigue buscándote

el sonido hueco del gran libro que min yoongi poseía en las manos chocando contra el mármol de la oficina hizo eco por toda la habitación

respiración agitada, manos temblorosas, ojos acuosos y labios temblorosos

—se llevó a uno de mis mejores hombres y si no es a tí, dudo que yo pueda tener algo que le interese

esa iba a ser una noche muy larga.

DEVILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora