𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖𝟓

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Despierto los ojos un poco aturdida con una extraña sensación en mi cuerpo, el sabor en mi garganta es amargo.

El lugar es oscuro no puedo acomodar mi vista a la poca luz que había, con el rato empecé a escuchar un sollozo.

-hola - digo y me sorprendo de como sale mi voz.

-Tia - mi corazón empieza a latir con intensidad al escuchar la voz de Kenia.

-Kenia - sigo el camino de la voz que escuche pero algo me frena causando dolor en mis muñecas - Auch - grito por el ardor que me causo.

-Estas encadenada tía - miro mis manos están anclada a unas cadenas pegadas a unas pared, ella estaba hecha una bolita en una esquina de el cuadro donde estábamos.

-cuanto tenemos aquí? - ella se pone de pies y camina hasta donde estoy - está bien? - la miro asegurandome de que todo esté bien con ella.

-estoy bien solo asustada - quisiera abrazarla en estos momentos - no sé cuánto tenemos aquí exactamente pero si mucho tiempo, estábamos en la ruta y una camioneta nos atravesó unos hombres bajaron con capuchas eran dos, intentaste todo pero ellos rompieron el cristal de tu ventana y abrieron la puerta te sacaron a forcejeo, pusieron algo en tu nariz caiste rendida, me agarraron a mi para llevarnos a las dos a una cajuela usted estaba inconsciente desde entonces, estuvimos muchas horas en la cajuela luego a mi me sacaron y me llevaban con ellos.

-ay cariño ven - ella se abraza a mi cuerpo - todo va a estar bien cariño te lo prometo.

-tengo mucho miedo - en estos momentos quisiera pasar mis manos por su cabello.

Kenia siempre a demostrado ser una niña valiente pero quién que vive esto no tendría miedo, hasta yo lo tengo porque no se qué pasa en si y porque estamos aquí.

Las lágrimas silenciosas salen de mi, realmente no se qué sucede porque estamos en esta situación, no se supone que esto le sucede a las personas que andan en malos caminos o sus familiares pero en mi caso nadie ni le debemos nada a nadie.

No sé supone que Wyoming es un estado seguro y que Jackson es un lugar seguro donde tengo planeado que mis hijos crezcan.

Mis hijos las lágrimas se intensifican, Dios míos que mis hijos están sin mi Betsabé y Zabdiel son unos bebés uno más que la otra pero bebé al fin, ellos necesitan a su madre, la alimentación de mi hijo.

Nickolas debe estar volviéndose loco pero se que haciendo todo por encontrarnos, Alana no puedo imaginar cómo debe estar al no saber dónde está una de las gemelas, mamá y papá.

No quiero estar aquí quiero salir ir por mis hijos y ver a mi familia, no se solo quiero que este mal momento pase, porque se que va a pasar confío en que nos van a sacar de aquí.

No soy solo yo está Kenia.

Los minutos o las horas pasan aquí no se puede llevar el control del tiempo, Kenia se calmo mucho con mis palabras positivas para ella.

-mi papá, el abuelo, el tío Nick y Dave nos deben estar buscando - asiento.

Con el tiempo más me recuperaba de lo que habían usado para hacerme perder el conocimiento, al principio me sentía muy aturdida pero ya todo había mejorado.

-la bella durmiente a despertado - se escucha a un hombre, unas luces blancas iluminan el lugar.

El hombre no pasa los 30 años, es rubio alto y fornido me mira con una sonrisa malévola que la verdad no causa nada en mi.

-que hacemos aquí? - le pregunto.

-que te puedo decir linda - entra a el lugar con unas bolsas - muchas personas quieren verte mal y pagan muy bien - se encoge de hombros - comida, no queremos que las damas de la élite de este asqueroso país mueran de hambre - habla con burla.

𝐋𝐥𝐚𝐦𝐚𝐬 | 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳ó𝐧 𝐄𝐧 𝐋𝐥𝐚𝐦𝐚𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora