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 "Mhh, quizás la tatuadora de Jihyo no es tan mala, o sea se nota que sabe lo que hace pero a un así me genera un poquito de desconfianza" se decía Chaeyoung en su mente, fuera del local donde habrían tatuado a Jihyo pasadamente

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 "Mhh, quizás la tatuadora de Jihyo no es tan mala, o sea se nota que sabe lo que hace pero a un así me genera un poquito de desconfianza" se decía Chaeyoung en su mente, fuera del local donde habrían tatuado a Jihyo pasadamente.

— Bien ya estoy aquí, no hay vuelta atrás — dijo Chaeyoung armandose de valor.

Después de aquella tarde, Chaeyoung le había dicho a Jihyo que le diga donde quedaba el local de su tatuadora ya que bueno, Jihyo comento que ésta era de confianza y era íntima de Jihyo.

Chaeyoung procedió a tocar la puerta del local, seguido de esto una cabellera negra le abrió la puerta, en ese momento Chaeyoung sintió como si un ángel le abría las puertas del paraíso ya que, la chica que se encontraba ahí mismo, era surrealista, era simplemente hermosa.

— A-Ah, ¿Myoui Mina? — Preguntaba Chaeyoung tratando de salir del pequeño trance.

— Oh, sí, ¿usted es? — Dijo Mina con un poco de curiosidad pero aún así dejando pasar a la de baja estatura.

— Chaeyoung. Un gusto — Dijo mientras se adentraba al local, al estar ahí pudo notar algunos ejemplares de tatuajes colgados en las paredes, éstos servían de referencia, también había una pequeña camilla un poco inclinada, parecía un sofá.

— ¿Podría saber cuál es su fin aquí? — Preguntó amablemente.

— Oh, tranquila, sólo soy una clienta más, deseo un tatuaje — Dijo con una pequeña sonrisa. Que mostraba sus hoyuelos aquellos que Mina nombró como tiernos.

— Bien, ¿que tatuaje desea? — Dijo la nipona con una voz suave.

— B-bueno yo tengo un gusto peculiar con las fresas, realmente me encantan, así que, decidí tatuarme una — Explicaba la menor.

— Donde gustaría que se lo haga — Dijo la nipona.

— En medio de mis pechos — murmuró bajo mientras sus mejillas se tornaban de color un color carmesí.

— Disculpe, no la oí — Dijo Mina con una sonrisa amable.

— E-entre los pechos — Dijo finalmente Chaeyoung

Aquello sacó un poco de lugar a Mina, pues quién diría que tendría a semejante hermosura frente a ella y resistirse, paso saliva ligeramente y habló.

— B-bien, que le parece si, se va sacando la polera y el sostén, y-yo buscaré la máquina — Dijo Mina con nerviosismo notable. 

Chaeyoung también estaba levemente nerviosa pero al menos agradecía que la que iba a marcar su piel sea una chica tan bella como ella y no un viejo calentón.

— Bien, ¿Te gustaría que la fresa sea de color o solo negro? — Dijo Mina volteada, no quería causar incomodidad en su cliente viendola desnuda, aunque tarde o temprano, lo haría, sólo sería cuestión de segundos.

— De color, un rojito tirando para rosa — Decía Chaeyoung imaginando lo bien que se vería eso ignorando cualquier sentimiento nervioso.

— Bueno — Dijo Mina mientras procedía a colocar la máquina y el color que deseaba su cliente en la mesa que se encontraba al lado de la silla.

En ese instante ya nada podía evitar que mire los pechos desnudos de su cliente, dirigió una mirada discreta examinandola.

Mina empezó a humedecer la zona donde iba a tatuar, con un poco de alcohol y algodón, seguido a esto, empezó a trabajar.


No te metas con mi pussei

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No te metas con mi pussei.

❝ Dulce Tatuadora ❞ || michaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora