Chigiri nunca había tratado con alguien que por una enfermedad no pudiera seguir con el deporte que le animaba a seguir viviendo, Kaori era esa persona, que veía con ojos brillosos como Chigiri cumplía los sueños que ella no podía.
Hasta que llegó e...
Lo único que ella debía hacer era darles botellas de agua y toallas para el sudor, y claro, hacer que le interesaba su práctica.
Era muy aburrido, había jugadores decentes si, como los hermanos Wanima, pero no sorprendían a nadie.
- ¡Ahh! ¡Chigiri!
Escucho los gritos de varias chicas a través de las vallas de metal del campo, se giró un poco curiosa, mirando a quien llamaban.
Y en ese momento unos bonitos rubís la miraron fijamente.
Sabía quien era perfectamente, su hermano siempre hablaba de la pantera roja con ira y aun antes de que comenzará su trastorno solía salir al lado de él en los periódicos como "Los prodigios de Kagoshima" aunque salían al lado de otros niños que pintaban o también hacían deporte.
Chigiri no tardó mucho en darle una orgullosa sonrisa, para luego dirigirse al campo.
- Llegas tarde Chigiri. - Hablo el entrenador con una sonrisa amable, no se podía enfadar con su prodigio.
- Lo lamento, mi tutor me pidió que me quedará para hacer algunas cosas. - Hizo una reverencia.
- Está bien, únete a tus compañeros para entrenar. -
Kaori volvió su mirada a sus deberes, mientras el chico después de una última mirada comenzó a trotar hacia sus compañeros.
¿Quién era ella? Se preguntaba.
- ¿Has visto alguna vez jugar a Chigiri? - Pregunto el entrenador a la chica, quien dejó lo que apuntaba de lado y lo miro tímidamente.
- Escuche de él, pero nunca lo he visto jugar. -
- ¿No venías a los partidos de tu hermano? -
- No...- Desvío la mirada, de no ser porque necesitaban una mánager para seguir entrenando y que nadie quería hacerlo, su hermano la habría obligado a alejarse todo lo posible para que no la vean con él. - Estaba en el club de música, así que no tenía tiempo.
- ¿Club de música? - La miro extrañado. - Pensaba que estarías en el club de gimnasia. -
- Bueno...lo dejé hace tiempo. -
- Una pena, todo el mundo decía que eres un prodigio. - La chica lo miro con incomodidad, pero no pareció notarlo. - Pero es comprensible, a veces las cosas que se nos dan bien, no son las que nos gustan. - Sonrió.
- Sí... -
- ¿Entonces te gusta el fútbol? -
¿Ver a 22 personas sudadas corriendo tras un balón? Claro, sobre todo a su TOC le gustaba.
- Es... interesante. - Y ahí acabo la conversación.
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- ¿Quién es ella? - Pregunto Chigiri a uno de sus compañeros nada más acercarse mientras calentaban, señalando con la cabeza a la albina.
- La hermana de Katashi, es nuestra nueva mánager ahora que por fin lo aceptaron en el equipo. - Susurro para que el mayor no lo escuchará, era su último año y después de mucho esfuerzo por fin había conseguido entrar.
