El fin de semana había sido un nuevo descubrimiento para Rivers. Ahora que podía desahogarse con sus amigas, descubrió que estar clandestinamente enamorada de Rocio no era tan malo.
Bueno, era una mierda, pero ella no podía evitar sonreír al pronunciar su nombre y sus amigas a sentir náuseas, cada vez que lo hacía.
El lunes todo iba bien. Estaba con sus amigas caminando directamente a su casillero, pero cuando intentó abrirlo, este no le dejaba.
— Intenta otra vez - le dijo Ari y Rivers volvió a introducir la combinación, pero no quería abrir.
Estaba segura que era el suyo, lo había sido durante dos años. Le dio unos cuantos golpes a la puerta y esta no parecía querer ceder, ya iba a ser la primera clase y su tarea de inglés estaba en el casillero. Al final tuvo que desistir y fue hasta la clase, el profesor le restó puntos y ni se tomó el tiempo de escuchar su excusa.
Ella apretó los dientes, el día no podía empeorar. Milagrosamente ninguna de las chicas plásticas la habían molestado, aún. Esperaba que lo hicieran, ya que quería ver a Rocio. Después de las primeras clases, al tomar su mochila las dos cuerdas se rompieron, y le quedó colgando de la espalda.
— ¿Pero qué? - comenzó, observó cómo Amir y Germán chocaban lo cinco disimuladamente antes de irse del salón.
Miró las correas y era obvio que alguien las había cortado, así tuvo que llevar su mochila con las manos.
— Creo que lo de casillero fueron ellos - murmuró Vicky, un poco enfadada también.
Ya le habían informado al conserje y este había logrado abrir el casillero. Alguien manipuló la cerradura para cambiar la combinación de apertura, así que Rivers tuvo que buscar otro. Llevó los libros junto con sus amigas a un nuevo casillero. Lo abrió, introduciendo la nueva contraseña, mientras a lo lejos se contemplaba cómo Amir se carcajeaba.
— Dios - sus amigas la habían ayudado a traer todos los libros y sus cosas, pero ya que tenían clases diferentes tuvieron que retirarse, disculpándose con ella.
Fue guardando cada libro, no podía creer que tuviera tantos. Fue casi una sorpresa cuando escuchó el ruido de unos pasos acercándose y al levantar el rostro se encontró con Rocio. Ella vestía una blusa y una falda, al igual que siempre y se había detenido, observando con asombro a la rubia. Rivers no retuvo la sonrisa que se le formó en los labios, mirándola con una cara boba. Rocio, después de durar un rato sin decir nada y mirar a Rivers con la boca entreabierta, se sonrojó y carraspeó secamente.
— ¿Qué haces aquí?
Rivers frunció el ceño hacia el chico que las observaba con cautela, parecía estar vigilándola.
— Tu querido novio me saboteó el casillero, así que me mudaron a este - dijo encogiéndose de hombros, sentía muchas mariposas en el estómago.
— Eso suena a algo que haría yo - dijo Rocio arrugando la nariz, y Rivers no pudo evitar mirarla con felicidad.
Era muy hermosa, debería ser un delito ser tan adorable y sexy al mismo tiempo. Si dependiera de ella, Rocio ya estaría tras las rejas por el crimen desde hace años.
Rocio, ante el silencio de la rubia y sus ojos marrones escrutando, volvió a sonrojarse e intentó abrir la puerta del casillero contiguo a Rivers, ignorándola. Sus dedos fallaban y tenía que comenzar desde el principio mientras que la pálida la contemplaba, estaba feliz ya que eran vecinas. Levantó la vista y observó con burla a Amir, que abría los ojos dándose cuenta del error que había cometido. Rivers se rió de su expresión y Rocio volteó a verla, con los ojos asesinos.
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Rivales - (Factor R AU Adaptación)
FanficSamantha Rivera comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus compañeros, entre un grupo de chicas que la fastidian conocerá a la popular Rocio Torres. Comenzará una rivalidad entre ellas, llegando a odiarse a muerte. O al menos eso es lo que e...