3 de Junio-1943

1 0 0
                                    

11:48 AM

Empiezo a escribir este diario para que vosotras, mis dulces flores, tengáis constancias de mis aventuras en alta mar como pescador, ya que nunca os llevo conmigo a surcar las aguas.
Hoy es mi primer día en mi nuevo trabajo, como ya sabréis.
Estoy llegando a la isla de Boneyard y haciendo cuentas, han pasado casi dos días desde que salí de nuestra adusta casa en Arkham.
Ya os echo de menos, pero esta es una muy buena oportunidad para llevar un buen dinero a casa y poder vivir sin preocupaciones.
El tiempo ha empeorado un poco desde que me fui adentrando en el territorio cercano a Boneyard, aunque no es nada preocupante ni tengo que estar alerta.

12:17 PM

En menos de una hora el clima ha cambiado de manera brutal; el barco no para de zarandearse, al punto de que, para escribir esto, tengo el diario aferrado a la mesa con clavos en las esquinas de las tapas, asi no se escapa.
Una niebla densa ha tapado toda visión, obligándome a poner las luces a máxima potencia y avanzar lo más lento posible para no acabar naufragando de manera inmediata. También escuchaba ruidos guturales extraños, tapados en gran parte por los grandes truenos que irrumpían el silencio, aunque creo que semejantes gruñidos infernales era de mi cabeza, ya que estaba muy asustado. Seguiré escribiendo en cuanto vea que estoy instalado en el hotel.

13:24 PM

He llegado a Boneyard hace ya unos cuarenta minutos. La niebla era muy densa y duró todo el trayecto restante hasta llegar a la isla, donde mágicamente desapareció por completo, dejando al descubierto un sol imponente pero gratificante. Me recibió el alcalde del pueblo de Boneyard. El señor se llamaba Ibrahim, un hombre de estatura baja, frente prominente, rechoncho y encorvado, incluso diría que tenía un aire deteriorado para los 49 años que me dijo que tenía.
El pueblo es muy pequeño, tiene fácilmente unos 40 habitantes y en poco tiempo, me vi las calles importantes, como la Splint Av. o la Thorns St.
Estoy sentado en un pequeño banco, deleitándome de las preciosas vistas de la costa mientras escribo este fragmento y espero al señor alcalde.

13:45 PM

Al final, he recibido una buena noticia de Ibrahim; me ceden la caseta del último pescador como estancia para pasar las noches y hacer mi vida. Nos dirigimos a la costa para ver una gran casa de cemento y madera, nada mal para ser llamada una "caseta". Por dentro, el lugar era muy acogedor, tenía todos sus muebles, una pequeña chimenea e incluso una cocina amplia para cocinar mis almuerzos. La habitación era más grande de lo que me esperaba, con una cama de matrimonio bastante mullida y agradable al tacto. Las paredes tenían una recubierta de pintura azul cobalto, la iluminación de la casa era perfecta y el suelo era de una madera tropical, como de palmera.
He dejado ya mis pertenencias y ahora iré a la taberna del pueblo para conocer a los vecinos.

15:07 PM

He disfrutado de una comida casera a base de sopa de pargo fresco, una hogaza de pan recién horneada, vino blanco y un dulce pastel de frutos del bosque. Felicité a la cocinera porsu fantástica comida y me deleité con las historias de los vecinos sobre el pueblo, su construcción y la vida tranquila que llevan.
La verdad es que Boneyard es un sitio muy relajante y tranquilo, las personas me han recibido con una sonrisa de oreja a oreja e incluso me han dejado pasear el día de mañana por el pueblo, para conocerlo mejor y con calma.
Lo único que perturbó mi presencia en ese almuerzo frugal fue la mirada distante de un encapuchado sentado a varias mesas lejos de mi. Vestía una túnica roja carmesí y en ella había varios bordados de hilo dorado rodeando la capucha, las mangas y el cuello.
En un momento, apoyó sus brazos en su mesa y me asusté, preocupado por la salud de ese desconocido; sus brazos estaban pálidos pero rozando el tono cian, las venas, verdes y serpenteantes, se marcaban por todas sus extremidades, palpitantes, casi como si tuvieran vida y fuesen a salir de debajo de la piel.
Duró poco tiempo ese momento de preocupación y susto, pues el hombre misterioso se levantó de su asiento y en un abrir y cerrar de ojos había dejado la estancia.

15:45 PM

Estoy en mi nueva casa.
He guardado mis ropas limpias en el armario de mi habitación y he encendido las luces del salón, además de la chimenea, ya que hace algo de fresco por estar cercano al mar.
Voy a descansar un poco el estómago y la cabeza, que dentro de un par de horas vendrá el alcalde Ibrahim con una serie de ayudantes para mis días de trabajo.
Os echo de menos, esta casa se hace grande sin ti y sin Marian.

16:25 PM

Después del pequeño parón para descansar la comida, inicié un pequeño paseo por la casa, ya que tenía un par de cuartos que no había visto. El primero funciona como una especie de almacén, no era muy grande pero si que contenía bastante espacio. Dentro había cañas de pescar, redes viejas y varios rollos de alambre y hierro gruesos para pescas más profundas, una caja enorme de ganchos y anzuelos se asomaba por uno de los laterales de la habitación y por último, tenía varios motores para barco, algunos muy viejos y un par extrañamente con un año de antigüedad.
Realmente me alegró tener una cantidad tan amplia de materiales y repuestos.
Me encaminé a la siguiente habitación, con curiosidad en ver qué ocultaba. Abrí la puerta y moví la mano a tientas, buscando el interruptor de la luz y cuando se encendió, mis ojos se abrieron impactados ante tal vista.
Era igual de amplio que el pequeño almacén de la otra habitación, pero con estanterías repletas de trofeos de pesca y armas de fuego.
Miré una a una cada arma que tenía de arsenal, hasta contar unas ocho armas: tres revólveres de distintos calibres, dos escopetas de caza, dos fusiles de asalto y un fusil de cerrojo, apto para francotiradores y expertos en armas.
Además, habían varios cuchillos de combate y un machete, este último tenía uso, ya que venía la hoja un poco oxidada y con restos de lo que parecía ser sangre, seguramente de algún pez que habría cortado para vender o consumir.
En el suelo estaban puestas en orden varias cajas de municiones.
Salí de la habitación y la cerré, pensando que igual puedo sacar cierto provecho del armamento, incluso puedo vender esas armas en Arkham de manera legal y a buen precio.

18:38 PM

El alcalde Ibrahim ha traido con él cuatro personas, tres adultos, casi de mi edad, robustos y con expresiones de alegría y un chico muy joven, de 22 años. Aun así, el chico se veía fuerte y enérgico.
Con tranquilidad, les he enseñado mi modesto barco, sus puestos de trabajo y el posible cobro que pueden obtener y todos me respondieron que no hacía falta pagarles, que querían ser voluntarios y que adoraban el mar y la pesca. Igualmente, intentaré recompensarles por su labor.
Hemos tomado algo en mi caseta de picoteo y pronto se han ido a sus casas, entre risas y charlas amistosas.
Ibrahim se quedó un poco más, igual unos quince minutos. Estuvimos hablando un rato del pueblo y ya me dejó y se despidió de mi con un agradable tono en su voz.

19:00 PM

Me muero de ganas de que llegue mañana para empezar a trabajar, ya que no me tomaré todo el día de descanso, solo la tarde y la noche.
Ahora iré a preparar mi cena, me juntaré a la hoguera mientras leo el libro que me regalaste de poemas y me iré a dormir.

03:12 AM

He escuchado un estruendo horrendo que provenía del mar, un chirrido impresionante, casi como un pitido constante en el oido. Me he asomado, en pijama y sandalias, para ver si divisaba algo en la oscura noche, pero no he descubierto nada.
Vuelvo ya a mi cama, a las 08:00 AM empieza mi jornada laboral.

El diario de Marcus GoldwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora