ESPECIAL: Celos.

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Siento que podría tomar un cuchillo en estos momentos y cortarme la garganta de un tajo, total. ¿A quién le importaría?

Pero no lo hará porque...

Porque ni siquiera tengo fuerzas para hacerlo. —la voz resignada de la mujer se apagó casi en un susurro—

Sobre esa base trabajaremos la próxima semana —la voz calmada y neutral de Wednesday finalizó esa conversación mientras alzaba la cabeza para observar el reloj de pared— ¿Le parece a la misma hora la próxima semana?

Si —la mujer se puso de pie con dificultad, había estado llorando durante casi las dos horas de sesión— gracias por acomodarse a este horario —añadió— después de varios profesionales me recomendaron mucho venir con usted y mis horarios son algo complicados.

Era viernes por la noche y daban las 9 de la noche, Wednesday solía agendar sus citas durante el día para tener las tardes libres pero ese caso en particular había llamado tanto su atención cuando se presentó, que tuvo que hacer un reajuste de sus tiempos para la única hora disponible que tenía la joven que ahora intentaba ponerse su abrigo para retirarse.

Miró la hora nuevamente, Enid debería estar llegando en cualquier momento, convinieron que mientras ella atendiera ese caso en particular, podía pasar por su oficina para tomar juntas el tren de retorno ya que ella salía mucho más temprano, y aunque insistiese nada la haría regresar a la casa y esperarla. Ese pequeño tiempo en el tren se había vuelto muy de ambas.

Se acercó a la puerta de la oficina para dejar que la joven se retirase y la abrió, escuchó un balbuceo ininteligible y al dar media vuelta el peso muerto de la joven la aplastó, parece que en un intento por querer ponerse el abrigo hizo un sobre esfuerzo que mezclado a su constante depresión le provocaron un desvanecimiento.

La morena dejó salir un quejido puesto que el golpe sordo le dio de lleno en la espalda e intentó ponerse de pie tomando a la mujer por los hombros, cuando logró sentarse, aún en el suelo le dio unas pequeñas palmadas en las mejillas, tomó su muñeca para examinar el pulso, alterado claro.

¡Wends, la puerta estaba abierta así que...!

La escena era bastante incómoda a ojos de Enid y era algo que no se podía negar, una joven de cabellos castaños se hallaba casi en el regazo de su novia que la tenía sujeta por la mano y la mejilla.

Enid...

Te espero afuera. —murmuró la rubia y dio media vuelta—

"Lo que me faltaba", pensó Wednesday.

Luego de un par de sacudidas la joven reaccionó y se incorporaron, deshecha en miles de disculpas que no cesaron hasta que cruzó la puerta, esta se retiró muy avergonzada por lo sucedido. Addams simplemente le dijo que tuviera cuidado de alimentarse bien y mantuviera su medicación al día según lo que le recetara el psiquiatra, pero que no faltase a su próxima cita.

Tomó su abrigo y salió de la oficina cerrando todo, fuera del lugar la vio en la esquina, su cabello rubio ondeaba con el viento que había empezado a correr y tiritaba un poco, Wednesday resopló y metió las manos a los bolsillos mientras se acercaba a ella.

¿Ya terminaste? —fue todo lo que dijo, y aunque se sentía aliviada de que no le reprochara nada algo dentro de ella se sintió como una astilla invisible removiendo en su pecho.

Si, lamento...

Vamos —la cortó ella— la estación cerrará en unos veinte minutos.

[DES] Encuentros en la estación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora