Capítulo II - Psicólogo

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— ¿Y cómo te sientes hoy, Freddy?

Preguntaba el Psicologo (y psiquiatra) Escolar, el señor William.
Llevaba ya varios años trabajando como psicólogo de menores y adolescentes, pero era primera vez que lo contrataban en un establecimiento educacional de manera estable, con un sueldo fijo.

— U-usted tiene mis antecedentes, sabe como estoy.

Razón no le faltaba, el señor William tenía un expediente bastante largo sobre el estudiante sentado en su consulta.

Nombre
Freddy Fazbear
Edad
17 años
Género
Masculino

Diagnóstico.

Trastorno de identidad disociativo
Estrés post traumatico
Episodios depresivos
Ataques de ira

Indicaciones importantes

Medianamente peligroso
Receta de antidepresivos
Su único alter conocido se hace llamar Fred, y es quien principalmente vive los ataques de ira.

Precauciones

No tiene permitido el uso de objetos cortopunsantes.
Tiene horarios establecidos.
Solo puede salir del establecimiento con su tutor o tutora a cargo.
No mencionar palabras como "muerte" o derivados, es un tema de sumo cuidado a tratar.

Aún así, el señor William acostumbraba ser cortés, así que no sé dejaría llevar por la actitud desinteresada del menor, y continuaría con la conversación.

— No me gusta asumir, hasta yo soy consciente de que los expedientes pueden ser... Poco exactos.

Esto iluminaba un poco los ojos del pequeño Freddy, no era muy común que las personas se alejasen del prejuicio de su diagnóstico.
Un así, Fred estaba pendiente ante cualquier gesto o cambio en su tono de voz, cualquier cosa que indicase qué no era de fiar, ya que no pensaba permitir que alguien más dañase la poca cordura qué le quedaba a Freddy.

— ¿Hay algo de lo que te gustaría hablar en esta sesión? Ya sabes, lo que tu quieras.

Parece confiable.

Pensaba el menor.
Mientras tanto el pelinegro seguía a la defensiva, aunque, mientras Freddy no estuviese en peligro, él se quedaría en el mundo interior, observando.

— Me... Me gustaría hablar de... Algunos compañeros que me han estado molestando.

Era algo que llevaba guardando algunos días.
Freddy no era un chico demasiado alto ni corpulento, era más bien delgado, solía caminar solo ya que su trastorno no le permitía tener una percepción fija y consistente de la realidad, y esto, hasta el día de hoy, le afectaba en sus relaciones sociales.
Por aquello, esos adolescentes sin vida propia qué estaban hartos de su propia existencia, se desquitaban con la suya.

— ¿Has hablado de esto con tu profesora encargada?

— N-no realmente, la-la última vez que mencione algo al respecto, los chicos fueron suspendidos un par de días y luego volvieron a hacerme la vida aún más imposible.

Decía esto algo nervioso, pero su voz era firme, y esto le era impresionante incluso al mismísimo Afton.
Era un caso que había visto miles de veces, siempre cumplen con el protocolo escolar, qué lo único que hace es perjudicar aun más al estudiante débil.

— Es increíble que sigan creyendo que eso funciona.

— ¿En serio estamos hablando con un psicólogo? Su tono es demasiado confiado, pareciera que intenta ser nuestro... ¿Amigo?

— ¿Hay otra manera?

— Claro que la hay.

La conversación fluyó tranquilamente, era algo fácil hablar con el señor William, tanto que en un momento Fred tomó el frente en el cuerpo solo para entablar conversación, y así también, Afton logró identificar como se veía el Switch en el sistema de Freddy, el cual llaman, Sistema BEAR.

— ¿Puedo tocar un tema delicado, Freddy?

Quizás ahora nos demuestre su verdadera cara.

C-claro. Lo que usted necesite.

— Primero que nada, necesito saber que estas tranquilo. Porque esto es algo que, según el expediente, es difícil de procesar para ti.

Ya sabemos de lo que quiere hablar, ¿no es así?

— ¡YO NO LA MATÉ!

Rápidamente el frío se apoderó de su cuerpo, se sentía helado, y sudoroso

— yo no supongo eso, Fred.

El Sr. Afton era claramente un profecional en su área, ya era capaz de ver el switch en el sistema Bear, y con eso, ya era posible que su cercanía le ayudase a alivianar la carga social del trastorno.

Fred tomó silencio y miró sus manos, siquiera él se había dado cuenta de que había tomado el frente.

— No es voluntario, ¿verdad?

— No del todo.

Contestaba ahora más tranquilo.

— No supongo que ustedes hayan sido los culpables, pero tampoco puedo ignorar las sospechas qué rondan entorno a ustedes.

El castaño asentía lentamente a la par de la voz de Afton.

— Hemos acabado por hoy.

— y qué hará con ... ¿Ellos?

— Ustedes no se preocupen, sé cómo tratar con estos temas.

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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