8. Lo hago por Harry Potter.

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El apartamento de Jiwoong era un poco pequeño, pero supuse que eso era un requisito para una vivienda de una sola habitación. Estaba impecable, con suelos de pino pulido, paredes blancas y una cocina más bien nueva. Tenía un sofá azul turquesa que hacía juego con un estampado abstracto en la pared, un gran televisor de pantalla plana y una mesa de centro. Su casa olía a él, y estaba claro que se sentía muy cómodo en su propio espacio. Dejó la bolsa de la compra en su pequeña mesa de centro y añadió las llaves y la cartera. Me pidió la tarta de cítricos.

―Toma asiento.

Entró en la cocina, que estaba justo al lado del salón y el comedor, y me gritó

―Puedes prender la tele. El cuarto de baño está al final del pasillo a la izquierda, si lo necesitas.
―Gracias.― Me acerqué al sofá y me deje caer en él. Era tan cómodo como parecía.

Pude oír algún tipo de pitido, que supuse que era una máquina de café, cuando Jiwoong salió sosteniendo dos pequeñas cápsulas.

―¿Café fuerte o suave?

―Fuerte, por favor.

Él desapareció de nuevo y tuve un breve momento de "¿qué demonios estoy haciendo?" Cuando me fije en un libro sobre su mesa de café. Era Harry Potter y el cáliz de fuego con un menú de comida para llevar colocado como un separador.

Había dado a Jiwoong el primer libro de Harry Potter el otro fin de semana, ¿y ahora casi había acabado con el cuarto libro? Eso me hizo más feliz de lo que probablemente debería, y alivió un poco mis dudas de por qué estaba allí. Porque por extraño que fuera, esta era la razón por la que estaba allí. Le di un libro, y leyó tres más. Él me apoyó en el gimnasio, consiguiendo más de mí de lo que creía posible, y todavía tenía más que ofrecer. Me dio un poco de mantequilla de limón, cítricos y dos tartas más tarde, yo estaba en su sala de estar para el café.
Nos llevábamos bien. Pero más que eso, éramos productivos juntos, y eso realmente me gustaba.

―Yo te culpo por eso― dijo, acercándose a mí con dos tazas de café en las manos y señalando con la cabeza el libro de Harry Potter que tenía en la mano. Las dejó sobre la mesa de café y se dio la vuelta para volver a la cocina. ―Leí el primero que me diste, entonces tuve que comprar los otros.― Volvió con dos platos pequeños y esta vez me dio uno a mí. Era un triángulo de la tarta de la fruta cítrica y una cuchara. ―Son muy buenos.― Se sentó en el sofá conmigo y delicadamente cortó el postre con la cuchara y lo probó. Y gimió con un sexy y gutural sonido, bajo y sucio y puro, y yo estaba bastante seguro de que haría cualquier cosa para escucharlo de nuevo. ―Oh hombre, es realmente bueno.

Me metí una cucharada en la boca para distraerme de donde me habían llevado mis pensamientos, y tuve que admitir, la tarta de cítricos estaba bastante buena.
―No es extraño que a todos en el trabajo les guste.― Le expliqué cómo todo el mundo la había probado al tomar el té por la mañana, y como luego me empezaron a hablar.

―¿Y es realmente la primera vez que hablas con alguien del trabajo en todo el tiempo que has estado allí?

―Hablo con ellos ― admití. ―Sobre las cuestiones relacionadas con el trabajo. Nunca nada personal, y nunca más de un saludo en el pasillo. Pero de todos modos, este nuevo té del lunes por la mañana se está volviendo una cosa. Todo el mundo está haciendo participando. La semana pasada, Rebecca, de Seguros trajo un pan de pera y frambuesa. Y Bayram del Corporativo trajo baklava casero. Hubo una confusión acerca de quién era el turno, no es que nadie lo sintiera porque tuviéramos dos tés matutinos. De todos modos, todo estaba para morirse. Sólo he comido un poco de cada uno, pero ha sido agradable. Ahora hablo con la gente con la que trabajo sobre cosas no relacionadas con el trabajo.

𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐩𝐞𝐬𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐨 ♡ 𝐦𝐚𝐭𝐭𝐰𝐨𝐨𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora