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Habían pasado algunos años, no tantos, pero era bastante tiempo, aún no sabe el porqué se fue, talves era una alma libre, en busca de aventuras, o simplemente era aquel sentimiento de no pertenecer, el sentimiento de soledad que no se iba, y la forzaba a distanciarse de los demás.

El suave aroma frío a petricor era la mejor cosa que podría haber, observo el cartel de "Bienvenidos a Forks" , una palpable emoción inundó su cuerpo, una sonrisa alegre se asomo en sus labios.

Con su auto grisáceo avanzó por la ciudad, observando las pocas tiendas del lugar, aún no entendía porque a los que consideraba familia, vivian en un lugar tan pequeño, aunque viéndolo bien, era un lugar tranquilo y alejado de la muchedumbre. Siguió conduciendo el auto por el camino en dirección de aquella hermosa casa.
















—Alice, deja de moverte tanto —.
Hablo Emmett mirando a la duendecilla de cabello corto moverse de un lado a otro por la casa arreglando todo y colocando una que otra flor en los floreros de las mesas.

— No, debo tener todo listo, ella viene —
Hablo frunciendo el ceño a su "hermano" fortachon.

— Lo se, pero sabes que le da igual como encuentre la casa —.

Esta vez era la voz de Edward, quien miraba a su pequeña Renesmee jugar con Jacob en el jardín trasero de la casa.

— Yo ya prepare algo de comer para ella, Alice, ¿porque no me avisaste antes?, hubiera preparo más cosas —.

Dijo en reprimenda la mamá de la casa, mientras se quitaba el mandil que evitaba se ensuciara su bello vestido.

— Lo siento, pero su decisión fue de improvisto, es un milagro que lo viera —

Menciono alejándose del último florero que había colocado, y suspiro, esperaba que le gustaran.

Todos estaban hablando entre ellos dentro de la casa, mientras un Jacob miraba desde afuera escuchando con sus super oídos la charla de la familia. Le parecía inusual verlos a todos; así de  felices y emocionados, le causó cierto interés saber quien era el invitado.

Miró a la pequeña , está le sonreía y hablaba a su madre . Iba a decir algo cuando escucho el grito escandaloso de la enana diciendo "Llego".

Todos rápidamente salieron de la casa hacia la entrada, donde un auto grisáceo apartaba enfrente, Jacob se quedó atrás estaba alerta pero sobre todo, quería ver desde lejos.

— ¡Ya estas aquí! —.
Grito la duendecilla.

Todos los ojos dorados miraron bajar del a una chica de cabellos color ___, y ojos ___ ,con cierto toque dorado, piel entre pálida y un suave tez morena y un suave toque rosaseo en sus mejillas. Ni tan alta ni tan baja en estatura.

—¡ ____! —. Sonrio Esme acercándose ala chica — Bienvenida —.

La chica sonrió aceptando el abrazo que ofrecía aquella mujer de cabellos castaños — Es un placer volver a verlos —. Ella en verdad estaba feliz, suspiro satisfecha, se sentía muy bien volver con la familia.

Respondió con una suave sonrisa, alejándose suavemente del cálido abrazo, dirigiendo sus orbes a los integrantes de la familia saludando con la mano. Sus orbes fueron ala pequeña niña de cabellos lindos y mejillas sonrosadas.

— Nos alegra verte —.
Era la voz del doctor quien se acercó y coloco una mano en su hombro, ella asintió con una suave sonrisa.

____, sentía una mirada sobre ella, busco la mirada encontrándose con unos ojos cafés, y una tez casi rojiza, suspiro queriendo desviar la mirada de aquel chico, no entendía la razón por la que su corazón había aumentando su velocidad.

Y ella no era la única confundida, Jacob no podía dejar de mirarla, su cuerpo comenzó a mostrar un ligero temblor, sintió inmediatamente la mirada de Edward, y jadeo alejándose.
Sin más salió corriendo adentrándose en el bosque. Confundido, extrañado y sorprendido.

La chica salió de su transe mirando por donde fue el chico, el sonido de una tos falsa la hizo volver a mirar ala familia.

— ____, te presento a mi esposa Bella y mi hija Renesmee —.

Se acercó dando un paso mirando aún ala niña y sonrio.

—Un gusto conocerlas, soy ____ Moore — 

Se presentó, ambas , madre e hija sonrieron dándole la bienvenida, aunque bella miraba de vez en cuando al bosque, estaba preocupada por su amigo. Y una Alice miraba un poco preocupada la situación.

— Sabes Renesmee —. Dijo ____, mientras entraban a la casa —Tu y yo, somos iguales —.

Lazo de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora