El caballero de Kanterbury, después de derrotar a Beth y poder viajar al pasado de la línea temporal, se da cuenta que en el transcurso del viaje sucedió una anomalía.
Apareciendo en un lugar completamente desconocido, su cuerpo sufre de repentinas...
Estábamos buscando un tesoro, hace unos días Kaeya nos informo sobre una reliquia de su abuelo.
Nos pidió a mí y Paimon el favor de buscarlo y con gusto aceptamos, íbamos de ida y vuelta varias veces buscando pistas y antes de que nos diéramos cuenta ya había pasado varios días.
Paimon no paraba de abrir su bocota y me preocupaba que alguien haya escuchado alguna información sobre el paradero del tesoro pero creo que no ha habido problemas.
"¿Soy yo o parecen muy... normales?"
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El lugar donde debería estar el tesoro solo es una cueva común y corriente.
"¡Ya se! ¡El mejor disfraz es estar a la vista!"
Dice Paimon como si comprendiera todo.
"El abuelo de Kaeya es sorprendente"
*Tap Tap*
Mientras Paimon continuaba oímos un ruido en la cueva.
"Paimon, ¿Oíste eso?"
"Ratones"
"Respondiste lo primero que se te vino a la cabeza, ¿Cierto?"
"No es momento de dudas. ¡Estamos cerca! ¡Apresúrate! ¡El tesoro nos está esperando!"
Paimon prosiguió como si no debiéramos preocuparnos.
Siendo sincera presiento que algo malo pasará dentro de las Ruinas pero tengo que encontrar el tesoro de igual forma.
Tal vez era buena idea avisar primero a Kaeya que ir directamente al tesoro....
"Haaa... Ojalá el Caballero también este con nosotros"
Lamentablemente no nos acompañó en nuestra aventura, está ocupado con su nuevo trabajo.
Aunque era mejor de esa manera ya que a veces era dependiente de el.
Cuando me aventuré otra vez sola con Paimon pude comprender que tan difícil fue estando sin su ayuda.
Aunque yo hacia las comidas y ayudaba en otras áreas, el Caballero era muy diligente como la recolección de alimentos, detectar enemigos e incluso como acampar y entrenarme.
Estoy agradecida por ayudarme tanto, y ahora me doy cuenta que me falta un largo camino por recorrer.
Por suerte no ha habido mayores complicaciones, al final Paimon y yo pudimos defendernos solas sin el apoyo del Caballero.
Solo que a veces lo extrañamos, en especial Paimon que habla todo el tiempo, y el Caballero es el único que la escucha y conversa abiertamente con ella...
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