El caballero de Kanterbury, después de derrotar a Beth y poder viajar al pasado de la línea temporal, se da cuenta que en el transcurso del viaje sucedió una anomalía.
Apareciendo en un lugar completamente desconocido, su cuerpo sufre de repentinas...
Las estrellas brillaban y la noche recaía en el castillo flotante, Heavenhold.
La Princesita estaba en su habitación, hace poco ha estado llorando.
Desde la última vez que hubo noticias del Caballero en el Imperio Rah, no ha habido alguna señal sobre su paradero.
Ella teme que le ha pasado algo y ha tenido la idea de ir a buscarlo en los todos los Reinos.
"¿Que estará haciendo coleguí?"
Tampoco ha habido algún movimiento por parte de los Invasores lo cual es muy extraño y Loraine como las Androides están ocupadas tratando de averiguar el por qué.
Así que la Princesita se siente sola sin compañía de su más grande amigo.
A pesar de todo, tiene compañeros como Malvavisco que la acompañan una gran parte de su tiempo pero eso no llena el vacío que hay en su corazón.
Y solo espera pacientemente su llegada, aunque solo está en una habitación fría, donde solo se escucha el viento susurrante afuera de su ventana.
Al lado de su cama está un libro donde se relata las aventuras que tuvo su amado amigo.
El cada vez que llega de una aventura, la Princesita lo saluda dándole algún regalo, sea oro o diamantes.
El agradece el gesto y le sonríe en gratitud.
La Princesita al recordar esos momentos sonríe un poco, ya que ha recogido muchos diamantes y quiere darle una gran sorpresa cuando llegue otra vez.
Pero al ver otra vez su habitación, se da cuenta que sigue estando sola, sin compañía de él.
Quisiera llorar otra vez pero antes de bajar la cabeza, siente una pequeña luz atravesando su vista.
"¿Hmmmm...?"
Fija su mirada en una parte de la habitación.
Cabe aclarar que solo hay una vela que ilumina el lugar tenuemente y hay un objeto que refleja su luz.
La Princesita se baja de la cama y camina lentamente al lugar.
Atraves de sus ojos puede ver una espada reposando en la pared.
Era una espada esperando a ser sostenida.
La Princesita acerca su mano a la espada, la agarra y la levanta.
Tiene un color azul celeste con una forma extraña a diferencia del resto de espadas que ha conocido y solo su colega es el único portador legítimo.
La Espada del Campeón.
Su poder es un misterio en si, solo la Princesita tiene la idea de que la Espada recupera su poder al encontrar un Campeón.
Y la razón del por qué la Princesita tiene la Espada en su habitación fue debido a que cada vez está perdiendo su brillo característico, como si se hubiera cortado alguna conexión con esa persona.
La Princesita teme que algún día pierda todo su brillo y es debido a que pierda total conexión con su colega.
Tales pensamientos hace que quiera llorar otra vez pero tiene que mantenerse fuerte.
"Colega... ¿Donde estás?"
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