Capítulo 7

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Me entraron unas ganas enormes de vomitar. Pamela y yo nos quedamos en la puerta, disimulando nuestro asombro.


Greg estaba con una chica. No estaban haciendo nada malo ni nada. Estaban sentados en el suelo besándose. Quería llorar. No por Greg. Por haber ido ahí en primer lugar. En cuanto nos ven en la puerta se separan. La chica es hermosa. Bueno, no tanto; pero si que es guapa. Su cabello negro largo hasta la mitad de su espalda (así lo tengo yo, pero el color del suyo es increíble), su tez apiñonada y sus grandes ojos casi negros me ven parada en el marco de la puerta. Greg, su cabello castaño y sus ojos marrón; podríamos ser hermanos. Tiene muchos lunares pequeños, que casi pasarían por pecas, como yo. Me mira con cara indefinida. Es una mezcla de culpa y vergüenza.

"Dios... Lo... Perd..." balbuceo, pero Pamela me interrumpe.

"Que asco. Disculpen. No era nuestra intención." dice con frialdad. Me sorprendió su "que asco".

"Atena... Dios. Se me olvido que vendrían." dice Greg, y juro que veo culpa en sus ojos. Pero yo ya no estoy escuchando nada. Nada. Quiero irme cuanto antes. ¿Porque me siento así? No es nada de mí. Pero, sin embargo, sentí una punzada en el pecho cuando lo vi con ella. Me doy media vuelta y camino por el pasillo. No quiero ni mirar por donde camino.

Pamela me agarra del brazo.

"Dios santo, Atena juro que yo no sabía nada. Escúchame. No me mires así. Dios no sabes que mal me siento, yo..." la interrumpo.

"No, no. No tienes porque disculparte. Greg no es nada mío. Por mi que se vaya a vivir a las Islas Salomón."

"¿Dónde es eso?" pregunta riéndose.

"Oceanía." eso me sacó una sonrisa.

"Si, si, bien. ¿Quieres comer aquí de todos modos?"

"Pues. Tu abuela lo merece. Soy una compañía increíble." digo riéndome otra vez.

"No vuelvo a invitarte." dice, riéndose igual.




Después de comer la lasaña mas increíble que jamás había probado, salimos al jardín.

"Oye, de verdad perdón por lo de hace rato." me dice Pamela.

"Da igual. No fue nada. ¿Quién es ella? No me interesa, pero pues, después de todo quiero saber quien era."

"Eso fue lo que me confundió. Hasta donde yo sabía ella era amiga suya nada mas. Así que se tan poco como tu."

"Está bien. Solo quiero olvidarme de lo que vi." digo, pero claro que estoy mintiendo. Uno no olvida las cosas que lo lastiman.




Debería irme. Ya son casi las ocho. Volteo a la puerta corrediza del jardín y preferí no haber volteado. Ahí estaba Greg, pasando al jardín.


"Pam..." trata de decir, pero ella lo interrumpe.

"Conmigo no tienes nada que hablar. Disculpate con ella. Menuda bienvenida que se llevó contigo fajando con Iris." Iris. Así se llama. Pam no me había dicho su nombre.

"Pam, no estaba fajando con nadie, yo..." trata de decir. Pero Pamela lo está ignorando, porque ya va caminado para adentro de la casa. Yo sigo sentada en el pasto, y el se sienta junto a mi.

"No sabes lo apenado que estoy contigo, yo... Ella es solo amiga mía. Lo era. Pensó que tu y yo..." lo corto.

"¿Tu y yo que...?" mi corazón va a 1000 kilómetros por hora.

"Éramos algo. Me olvidé por completo que tu ibas... ustedes iban a venir. " ¿Acaso iba a decir "que tu"?

"No tienes porque disculparte, yo... No debimos entrar ahí sin tocar." cada vez estamos más cerca.

"Si tengo que disculparme. Porque a la que debería de haber besado no era a ella. Era a ti." mi respiración se corta, y no se que hacer, decir o creer. Se acerca a mi demasiado rápido para reaccionar, pero demasiado lento como para arrepentirme.

Antes de que piense bien si es buena idea, si es el momento y el lugar, me digo a mi misma: al diablo. Si eso tenía que pasar, iba a pasar. No había nada que yo pudiera hacer.

Sus labios chocan con los míos y juro que siento como si nada más existiera. Como si el y yo estuviéramos solos en el mundo. Y es el mejor sentimiento del universo. Pero, los fugaces momentos de felicidad siempre se arruinan. Para ser exactos, los arruino yo.

Me separo de golpe de el, y se siente horrible. Estaba tan bien, y ahora todo es abstracto y no se que pasa.

"No... Que estúpida soy. No era mi intención, perdón." esas nueve palabras se me escapan, y me paro rápido y voy hacia la puerta que da a la sala. Salgo sin despedirme o siquiera dar las gracias, y tomo las llaves del auto de Pam. Ella estaba viéndonos, así que me sigue.

Me subo a su auto lo más rápido que puedo, y ella hace lo mismo. Piso el acelerador a fondo, mientras mis pensamientos me atormentan, y esta vez, también me están ahogando.


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