Capítulo 2

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Salomón seguía sosteniendo las manos de sus tíos, sin entender lo que pasaba a su alrededor, sonreía. La mano libre de Brick tocó el rostro de Day, su piel era extremadamente fría. En cambio, para Day, la mano de Brick le quemaba el rostro al posarse sobre él.

—¿Dónde estás, Day?

Brick no dudó en preguntar.

—Siempre estoy a tu lado.

—Te extraño —dijo Brick a punto de empezar a llorar.

—Brick, siempre estoy a tu lado.

—¿Te volveré a ver?

—¿Quieres volver a verme?

—Sí... Day, Yo...

—Brick... te amo.

—Day, ¿a dónde vas?

—Me voy... tengo que irme.

—Day, espera... espera... —Brick soltó la mano de Salomón. Sentía la pesadez de su propio cuerpo, una luz cubrió por completo su vista, sus ojos estaban adoloridos. Lentamente, sus parpados fueron abriéndose para descubrir una dura verdad, había visto a Day, pero en sus sueños.

***

Después de esa tarde, Brick lloraba todos los días. Gritaba que Day lo visitaría en cualquier momento. Sus padres comenzaban a preocuparse por su salud, había adelgazado muy rápido, sus costillas eran notorias, sin mencionar lo demacrada que se veía s cara.

—Tío Brick, dijiste que iríamos a jugar.

Salomón subió a la cama donde reposaba Brick, con ojos triste le recordaba a su tío la promesa que le hizo de llevarlo a jugar. Sin embargo, en la condición de Brick era imposible.

—Salomón, tío Brick no se siente bien.

Salomón parecía no entender las palabras de Brick. Sostenía la mano de su tío mientras escuchaba cada palabra que decía.

—El tío Day me dijo que debes comer mucho —susurró Salomón. El corazón de Brick latió fuerte al escuchar el nombre de Day.

—Lo haré.

Bell había entrado con una bandeja de comida para él. Recostó su cuerpo en el espaldar de la cama e intentó comer. Hoy ha mejorado, ha comido mas que ayer. Escuchar a su sobrino decir que Day quiere que coma más, hizo que su apetito de alguna extraña manera, intentara volver.

Comió tanto como pudo, luego de terminar, arrastro su cuerpo a la ducha, quería cumplir la promesa de su sobrino. Después de lavar su cuerpo, Brick tomó a Salomón y en compañía de Bell fueron a uno de los parques cerca del lugar. Salomón corría por todo el lugar con una sonrisa, se mezclaba con otros niños, aunque casi no parecían entender el acento extranjero de Salomón, jugaban con él.

—P'Brick, ¿cómo estás? —la pregunta vino de Beam, quien esta de regreso en casa por las vacaciones de la universidad en Bangkok.

—Extrañamente, hoy me siento bien.

Fue una respuesta sincera. No estaba fingiendo. Después de comer su humor cambió.

—¿Cómo se esta portando P'Kan? —la pregunta hizo que Beam bajara la cabeza. Estaba avergonzado. Aun después de un tiempo, sigue sintiéndose avergonzado frente a él.

Regresando a casa... por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora