Tacones en el Adoquín

0 0 0
                                    

Nerea corría por las calles, no cabía en sí de la ansiedad, no podía hacer otra cosa que correr para detener la boda del hombre que ella amaba, hace más de dos años que habían terminado, aunque había sido por unos celos locos, una mujer que realmente no existía, el se fue y ahora se iba a casar con una mujer que era todo lo contrario a ella, que tenía la rubia esa que yo no? Se preguntaba Nerea, tengo que impedir esa boda, tengo que impedir que se case, si no es mío no es de nadie, se decía para sí y una rabia se apoderó de ella, tengo que impedir como sea que esa boda se celebré, prefiero perderlo para siempre en la muerte a que esté con otra. Ella sabía que él se casaría esa tarde, ella pensaba que él volvería pero ahora se iba a casar, quería impedir esa boda. Por las calles mojadas de Madrid, sus tacones resonaban en los adoquines, su corazón latía con fuerza al ver la iglesia, seguía corriendo, pensando en sus ojos marrones, pensando en qué diría. Metió la mano en la cartera y sintió su revólver,  era capaz de todo. Sus tacones resonaban en los adoquines de Madrid, hasta que uno de ellos se enredó del vestido escarlata y cayó en los escalones de la iglesia y sus tacones no resonaron más y él acepto,  como un murmullo lejano fue lo último que logró escuchar.

Cuartillas en el Tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora