Realidad

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El salón era completamente inmenso con farolas en cada distancia de  la pared y un gran candelabro adornando el centro del lugar

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El salón era completamente inmenso con farolas en cada distancia de la pared y un gran candelabro adornando el centro del lugar. Las luces eran leves por lo que permitían una apariencia agradable en el sitio. Junto con la música provocaba un ambiente relajante, la gente caminando por el salón con copas de champagne en sus manos, los tintineos de las risas, las voces de platicas entre los presentes y pronto la voz de la cantante llenó el lugar.

Un evento donde personas importantes del sector hotelero, empresarios, inversionistas o algunos chef realmente reconocidos conviviendo en el sitio, convirtiéndolo en el evento del año.

La voz del anfitrión resonó en las bocinas, provocando que la gente de pie ocupara sus asientos en las mesas elegantes. Mencionó algunas palabras, como el programa del evento lo establecía, causando un par de risas en los presentes e indicando la siguiente subasta que se realizaría. Una vez que terminara la subasta lo siguiente era la cena de tres tiempos. Mirai Sasaki amaba el orden y el horario especifico de las cosas. Y estaba bastante satisfecho que todo su evento estuviera resultando de la forma correcta. Un maniático del orden como él, como solían decirle, se encargaba que cada uno de sus eventos fuera un completo éxito. No era por menos que había llegado a ser la persona importante que era.

Una vez que terminó de hablar el discurso que se había aprendido de memoria, observó su reloj, quedaba poco más de una hora para que la comida fuera servida, por lo que decidió ocupar su sitio y relajarse el tiempo suficiente. A fin de cuentas confiaba plenamente en Tamaki Amajiki al ser el chef principal de uno de sus hoteles, su experiencia y lo bien que Mirio solía hablar de él cuando lo recomendó, por lo que en un rato más iría a comprobar que tal iba todo.


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Sus dedos se movieron con rapidez, tomando el mango de la sartén y sujetando la cuchara, maldiciendo cuando el metal quemó toda su mano, soltándola hasta que cayó al suelo. Tomó una más cercana, para mover el contenido de la sartén, pero era demasiado tarde, estaba quemado. Por lo que vació todo el contenido en el basurero más cercano.

Maldijo interiormente cuando giró sobre su sitio y vio el completo caos en la cocina.

Hace horas que había iniciado el evento y él era el chef encargado de la comida de tres tiempos y un postre. Él trabajo más importante que había tenido en toda su carrera por la gente importante que estaba en el evento. Y no podían ir peor las cosas. La entrada apenas estaba siendo emplatada cuando apenas quedaban diez minutos para ser servida, además de que la reducción no estaba lista. Los cortes de carne que estaban cocinándose habían entrado media hora tarde al horno, por lo que el tiempo estaba en su contra. No quería hablar del plato fuerte y mucho menos del postre.

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