Densidad

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Tomó una de las charolas con los platos de comida y salió de la cocina hacía las mesas llenas de gente del local, maniobrando para que no se moviera demasiado. Una vez que alcanzó la mesa más cercana sirvió cada uno de los platos de forma automática, sin mirar a la gente. Cuando entregó el ultimo plato salió de ahí, para conseguir los nuevos platos.

Colocó la charola en la mesa y secó el sudor con el pañuelo que cargaba en la bolsa, dejando salir una exhalación cansada. No podía quejarse demasiado, cuando toda su experiencia laboral lo había resumido a terminar en una banquetera de comida, como mesero.

Después de aquella desastrosa noche en el evento del dueño del hotel, el hecho de que estaba desempleado se abrió con rapidez en su interior. No tendría un ingreso monetario lo cual lo ponía en un aprieto enorme. Cuando Mirio y él consiguieron un buen trabajo en Royaume Inn el mudarse a un sitio mejor, a pesar de ser caro, no fue un impedimento, podrían permitírselo, pagando a partes iguales. Adicional de los servicios, comida y demás cosas, subsistían de forma adecuada con su sueldo, al ser sustancioso. Tamaki había ahorrado una parte de su sueldo cada mes, por lo que tenía un ahorro de respaldo por cualquier eventualidad. Pero no podría sobrevivir de eso mucho tiempo, tendría que buscar trabajo. Mirio le dijo que no se preocupara con los gastos, que podría ocuparse mientras él conseguía algo, pero Tamaki no quería eso.

Lo había ayudado al salir del orfanato y dejarle todas las cuentas esfumaría gran parte de su sueldo.

Por lo que las semanas siguientes se dio a la tarea de encontrar un trabajo, con la ingenua esperanza de que no sería complicado. Recordaba que le habían ofrecido trabajo algunos de los empresarios que habían ido a Royaume a comer en algún momento. Por lo que buscó contactarse con ellos los primeros días. Lo que Tamaki no previno es que aquella desastrosa noche con Mirai fuera de dominio publico. Por lo que al llamar a cada persona, el trabajo se le fue negado o salían con alguna excusa. Era oficial, su renombre había desaparecido y había sido hundido en el mundo gastronómico, lo cual entendía.

Pero lo dejaba extremadamente ansioso, al sentir que todo el avance que había tenido en esos años se había esfumado por un error. No tenía nada, él..se sentía realmente perdido. Sin saber que hacer y con las facturas llegando. Todo lo que había construido no estaba y...debía empezar de cero. Los recuerdos de sus inicios despertaron sus pensamientos negativos y con esas ideas latentes, salió a buscar algo de mucho menor nivel, cualquier cosa que encontrara. Dedicó algunos días a eso, hasta que consiguió una entrevista en linea. La parte positiva era que era en el giro alimenticio, una banquetera de alimentos. Lo malo, que él sería meramente un mesero, el único trabajo que tenían y le habían ofrecido. Por lo que terminó aceptando sin protestar.

La charola que tenía enfrente terminó llena y se dirigió al resto de las mesas, escuchando la demanda de las personas y obedeciendo. Cada día llegaba muerto a casa por el trabajo físico, no es que no estuviera acostumbrado a moverse, en Royaume lo hacia siempre. Pero esto era diferente, era obligado a adentrarse entre montones de personas con "comentarios", "sugerencias" o peticiones absurdas. Eventualmente la dinámica en un restaurante y una banquetera es diferente. Él había tratado con gente difícil en el hotel, pero jamás se habían quejado de su comida. La gente de ahí era...demasiado.

AitogakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora