¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
┈┈┈┈┈MARIPOSA O POLILLA┈┈┈┈┈
Esperaba con la impaciencia recorriendo por todo mi cuerpo haciéndolo notar golpeando mi pie contra el suelo, miraba el reloj en mi muñeca a cada segundo, sintiendo como los minutos pasaban con pesadez y toda la paciencia del mundo, era sorprendente como las manecillas del reloj se alentaban cuando querías totalmente lo contrario.
"Hay mucho trafico espero no te moleste"
Leí el mensaje que recién había recibido, de la persona a quien yo esperaba, bufando escribí.
"Solo espero no ser una anciana de setenta años para cuando llegues"
Con paciencia tomé mi teléfono navegando por él, fotos de chicas pasaban por mi pantalla, no había un patrón en poses, colores o vestimentas, solo eran chicas queriendo una sola cosa, aceptación, solo eran chicas queriendo demostrar algo, que eran "lindas", "cumplían el estándar", "eran hermosas", "de buena apariencia", "tenían belleza".
Belleza aquel tema que me era delicado, aquel tema que tanto me había lastimado, cuando eres mujer no importa cuanto dinero tienes, cuan sociable eres, cuan inteligente eres o cuanta educación tienes, en este género, tristemente, lo más importante era la belleza, no importaba que fueras una gran mentirosa, si tenías una cara linda todos te creerían, no importaba que tan grosera seas, todos te abrían la puerta cual dama si cumplías con sus estándares.
Ante los ojos del mundo, las mujeres somos polillas o mariposas, siendo una mariposa, no importaba donde anduviste, todos elogiarían tu belleza dejando de lado todos lo demás, lo que realmente importa, te admirarán y verán con una sonrisa, mientras que siendo una polilla, aun y solo buscando la luz te aplastarían, intentarían alejarte, solo por ser una polilla, huirán cuando te acerques sin darte tiempo de demostrar cuan hermosa eres realmente.
Ese era el mundo cerrado en el que vivía, te clasificaban en polillas y mariposas.
— Lo siento —se disculpó una chica frente a mi después de haber tirado mi teléfono al topar conmigo.
— Tranquila, tan solo fue un accidente —dije aceptando mi teléfono después de que ella lo levantara—. Mira, está bien —dije mostrando mi teléfono intacto.
Me miró con una sonrisa y yo imité su acción, confundiéndome después de que ella solo se quedara ahí sin moverse ni borrar su sonrisa.
No quería mirarla raro, pero los minutos pasaban y la chica seguía allí, quieta frente a mí, como si de una estatua se tratase, no hacía nada más que sonreír, esperaba que mínimo estuviera respirando, comenzaba a cuestionarme si era alguna ladrona que esperaba a que me distrajera para llevarse todas mis pertenencias, planteándome eso reforcé el agarré en mi bolso.
Mis mejillas se cansaron y un pequeño calambre en ellas me obligó a borrar la sonrisa que tanto me había esforzado por mantener, pero la sonrisa de la chica seguía ahí, al igual que su dueña, mis ojos comenzaron a divagar a través de ella, deteniéndose en un punto especifico de su cuello, un collar con un delicado dije de luna colgaba sobre este, regresé mi mirada a la cara de la chica que aun sonreía observando como su sonrisa se extendía aún más por su rostro.
