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┈┈┈┈┈ACOSADOR┈┈┈┈┈
— ¡Kang Mi-rae! —gritaban todos una y otra vez después de ver a mi amiga bailar.
Sentía que como su amiga debía de estar explotando en emoción, estaba alegre por mi amiga, demasiado, después de todo, ella nunca había estado tan cómoda entre la multitud, y ahora aquí estaba en medio de una ovación hacia ella.
Por fin podía tomar un respiro de las malas actitudes contra ella, así que estaba feliz, pero al mismo tiempo tenía una extraña sensación atormentándome, quería concentrarme en la alegría hacia mi amiga, debía festejar con ella, eso hacían las amigas.
Pero aquí estaba aquel sentimiento queriendo opacar la felicidad, me sentaba como trago amargo, no podía digerirlo, y tampoco sabía como ponerlo en segundo plano.
Una vibración en el bolsillo de mi pantalón me hizo sacar mi teléfono, por fin había puesto aquellas raras sensaciones en segundo plano, pero no gracias a algo bueno, con mala cara salí del lugar soltando furiosos bufidos.
Si alguien llegaba a hablarme en este momento estoy casi segura que le rebanaría la cara con tan solo mi mirada.
— ¡Estás demente! —escuché apenas oprimí el botón verde, la llamada no estaba en altavoz, pero gracias al gran grito pareciera que si—. la señora Kim acaba de decirnos lo que hiciste, ya no eres una niña Sae-rom...
En medio del regaño intentaba recordar que era lo que había hecho, o mejor dicho, intentaba adivinar a que de las tantas cosas se referían.
— Cuando recibimos la llamada pensamos que era un error, ¿Cómo se te ocurre? —esperaba que no fuera lo que pensaba, por que esta vez no me contendría en gritarle a mi madre—. ¿Sabes cuanto afectará nuestra imagen si te ven salir de ese lugar de mala muerte? —suspiré intentando contenerme, estaba casi segura que si era lo que imaginaba, pero aun quedaba una pequeña esperanza ¿no?—. No volverás a ir a la casa de reposo, no es lugar para que un miembro de nuestra familia esté ahí.
— ¿Se te ha olvidado que tu misma madre se encuentra en ese deprimente lugar? —hablé con sarcasmo.
— ¡ESA MUJ-
— Esa mujer es mi abuela —interrumpí intentando ser paciente—. Y si no quieres volver a verme en ese lugar de "mala muerte" entonces cambia a mi abuela de lugar —finalicé la llamada apagando mi teléfono.
Volví a guardarlo, fingiría que la pila se había agotado, sabía que era una excusa estúpida y que mis padres se enfadarían muchísimo por eso, pero ese era mi objetivo, yo no era vengativa, solo daba lo que recibía.
Mi-rae era la única persona en quien confiaba, y la única que sabía que un visitaba a mi abuela materna, aquella mujer había sido la única en escucharme a su tiempo, pero había sido invadida por una enfermedad cuando yo era pequeña, dejándome sola en este cruel mundo.
