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┈┈┈┈┈COMPLETA EXTRAÑA┈┈┈┈
— Buenos días señorita universitaria —dije acercándome a Mi-rae después de haberla visto ya en el campus.
— Hola estudiante universitaria —respondió con una sonrisa.
— ¿Nos tomamos una foto para conmemorar este momento? —dije con una sonrisa recordando como el día anterior ella había accedido, pero borré mi sonrisa al verla alejarse.
Giró a verme con su cara seria, tenía miedo, Mi-rae apenas comenzaba a acostumbrarse a esta nueva vida, tenía miedo de estarla presionando.
— ¿Quieres? —dijo sonriendo un poco contagiándome la sonrisa.
— Yo pregunté primero —contesté sacando alegre mi cámara para comenzar a tomar un montón de fotos.
— Al paso que vas terminaremos llenando un enorme álbum para antes de que termine el mes —dijo ella.
— Eso es buna idea, no teníamos ninguna foto juntas, ¿crees que debería contratar a un fotógrafo fara una sesión formal de mejores amigas? —dije sonriendo con ilusión—. Incluso podríamos invitar a tus padres, sería como una de esas sesiones familiares.
— Paso a paso Sae-rom, no hay que malgastar por unas simples fotos.
— Bueno entonces terminemos los repuestos de esta cámara —dije apuntándola hacia nosotras—, y después vamos allá —apunté.
Estaba emocionada, por fin comenzaba a verle un mejor uso a las polaroids, era triste solo poder apuntar la cámara hacia mí, solo tenía a Mi-rae así que la romanización de las polaroids no iba conmigo, no hasta ahora.
Íbamos de lugar en lugar, tomando decenas y decenas de fotos, mi alegría apenas y cabía en mi cuerpo mientras Mi-rae actuaba como si toda su vida hubiese hecho esa actividad tan poco común entre nosotras.
— Vamos, completa mi corazón —le reclamé al ver que tan solo estaba mi mano formando una mitad para después tomar la foto, esperé el resultado y al ver como Mi-rae salía distraída me giré a verla—. ¿Qué sucede? ¿ya no quieres fotos? —de un momento a otro su cara se había puesto seria.
— Estoy bien, tranquila.
— Bueno, mira a la cámara —apunté.
Despues de lo que pensé que eran minutos la cámara se quedó sin un solo cartucho de polaroid.
— Creo que debemos parar —dijo Mi-rae.
— Traigo otro paquete, pero creo que son suficientes fotos por hoy —dije sonriendo.
— Vamos. —Comenzamos a caminar a la par, por primera vez Mi-rae no tenía la frente apuntando al suelo y su cabello cubriendo su rostro.
Caminábamos a lo largo del campus observando todo a nuestro alrededor, debíamos acostumbrarnos al nuevo lugar.
