padre soltero [banginho]

capítulo 3

Minho suspiró con alivio cuando la última campana del día sonó, indicando no solo el término de la jornada universitaria, sino el comienzo de las vacaciones de invierno también. Con una sonrisa, el omega tomó sus cosas luego de las indicaciones del maestro. Como lo había esperado, varios de sus compañeros de carrera lo invitaron a celebrar el comienzo de su descanso, sin embargo, Minho tuvo que rechazar la oferta amablemente porque tenía a una personita especial esperándolo en casa.

A diferencia de la escuela o el trabajo, sus compañeros de universidad no lo juzgaron por ser un omega de veintiún años con un hijo y un lazo roto, de hecho, se había encontrado con muchos casos como el suyo y había recibido mucho apoyo. No fue juzgado por primera vez, eso lo hizo sentir muy bien.

Eran las seis de la tarde cuando Minho tomó el bus a casa. Gracias a la mayor demanda que su trabajo le exigía en la empresa del señor Kim, Minho tuvo que inscribirse en el horario nocturno de la universidad para su segundo año de carrera. Ese día había terminado temprano porque solo tenía una sola clase y era la última antes de las vacaciones. Así que suspiró, recostando su cabeza en el vidrio con movimientos pesados, quería llegar a casa para poder tomar un descanso con su hijo antes de volver a realizar sus deberes de adulto responsable.

Muchas cosas habían cambiado en el último año. Su hijo y él pudieron mudarse a un apartamento propio cuando Felix y Changbin decidieron empezar a convivir en el del pecoso. Tras ese importante acontecimiento, Minho supo era el momento para mudarse. A pesar de la insistencia de la pareja para que ambos se quedaran, Minho se negó porque sabía que ellos necesitaban su privacidad si querían empezar a formar un hogar. Además, no estarían tan lejos, su apartamento quedaba a cuatro cuadras después que el de Felix y Changbin. El lugar en donde vivían era lo suficientemente cómodo para Seungmin y él, se ubicaba en el tercer piso de un gran edificio y fue todo lo que Minho pudo costear. Su hogar constaba de una sala mediana decorada como Minho tanto había deseado, la cocina era grande pero también hacia el papel de comedor por lo que no se veía tan espaciosa, habían dos baños y dos habitaciones. La segunda habitación estaba destinada a ser para Seungmin, pero nadie la usaba por el momento puesto que su pequeño aún seguía durmiendo con él.

Por otro lado, Felix y Changbin aún lo ayudaban mucho con su hijo, Changbin lo cuidaba por las mañanas y Felix por las noches hasta que el omega menor llegaba de estudiar. Nunca se cansaría de agradecerle al destino por darle tan buenos amigos.

Soltando un suspiro, el castaño bajó del bus en su parada y caminó por pocos minutos hasta el edificio. La sensación de estar en su hogar era única, no la cambiaria por ninguna salida o distracción.

Minho sonrió cuando abrió la puerta y vio el cuerpo de su pequeño durmiendo en el sofá y cubierto por una suave manta. El omega sonrió y se acercó lentamente a dejar un beso sobre la frente de Seungmin.

Cuando el castaño se dirigía a lavarse las manos se encontró con Felix en la cocina, preparando una merienda para él, luego de saludarse silenciosamente, Minho siguió con su tarea en el baño. Al finalizar, se dirigió hacia el comedor donde su amigo pecoso ya lo esperaba con todo en la mesa.

Hablaron sobre sus días, Minho tuvo que aguantarse el sermón de Felix acerca de que también tenía derecho de salir a divertirse con sus amigos de la universidad sin preocuparse por Seungmin porque él podría cuidarlo sin problemas hasta que llegara. Minho siempre le respondía lo mismo: él tenía responsabilidades como padre de familia cuando decidió tener a Seungmin, no podía darse esos lujos si no era necesario, además, le gustaba mucho estar en casa. Salir de fiesta y beber hasta emborracharse no le llamaba la atención, él era más de escuchar música y dormir al lado de su bebé.

Continuaron con otro tema de conversación para distraerse al menos hasta que el llanto de Seungmin retumbó por toda la sala, Minho se levantó bruscamente y corrió hasta el sofá donde descansaba su hijo.