The Standard [Traducción]

Capitulo 16: The Standard of Our Past

"Somos criaturas orgullosas, conoces a Severus". Charlie murmuró, sus ojos bajaron a la mirada completa de té helado que el elfo volvió a llenar antes de que sus ojos azules parpadearan para encontrarse con la mirada oscura de Severus otra vez.

La fotografía se arrugó a lo largo de los bordes donde sus dedos agarraron el papel, los cuerpos que se movían en el marco rectangular no producían ningún sonido, pero podía escuchar cada expresión, sin filtros ni obstáculos.

"La mayoría de los alfas quieren creer que todo lo que necesita un omega son vestidos bonitos, joyas bonitas y un anillo bonito en el dedo para decir que son reclamados. Nos prefieren así porque prefieren convertirnos en muñecos que reconocer que nosotros también tenemos dignidad, que tenemos un ego y una confianza en nosotros mismos que se estira y se extiende mucho más allá de su alcance".

La visión de Severus se duplicó, lágrimas de frustración brotaban y le picaban los ojos mientras más tiempo la imagen en movimiento se abría paso en su cráneo y se enterraba profundamente en la suave materia de su cerebro.

No podía apartar la mirada, no podía apartar la mirada de la maraña de cuerpos en la imagen, de los cinco alfas amontonados contra el cuerpo solitario que empujaba y empujaba hacia ellos en el centro. Si encontrara la necesidad de ser poético, los compararía con cinco lobos devorando un cordero.

"Entiendo la necesidad, la desesperación, de mantener cualquier pizca de autoestima que puedas mantener y esconderte, entendí bien ese sentimiento Severus".

Asquerosos bastardos.

¡Malditos bastardos todos ellos!

Debería mirar hacia otro lado, o mejor aún, quemar las fotos en la chimenea antes de que alguien tropezara con ellas, pero Severus se quedó congelado en su lugar, sus pies negándose firmemente a moverse y mucho menos a moverse hacia las llamas que lamían a una corta distancia más adelante. Una fuerza magnética perversa lo mantuvo quieto, la mirada incapaz de moverse más de lo que sus pies podían hacerlo.

Podía escucharlos, sus voces las enterró profundamente en los recuerdos que encerró y encadenó.

Sus voces sonaban pesadas contra sus oídos donde repugnantes promesas susurradas se deslizaban para anidar en su psique donde formaron un hogar durante semanas y meses después. La risa áspera por su miseria, por sus súplicas, por los inútiles esfuerzos por escapar hasta que su cuerpo se rindió y su mente se quedó en blanco.

"Porque así es como sobrevivimos. Cómo nos aseguramos de que al menos pudiéramos caminar con la frente en alto sin importar si el mundo estaba en nuestra contra. Mientras nos aferráramos a esa franja de respetabilidad, podríamos poner un pie delante del otro".

Las gotas se deslizaron sobre su forma contorsionada y bajaron por el borde del recorte laminado, las lágrimas caían libremente ahora y Severus se estremeció, un temblor incontrolable que se apoderó de su cuerpo desde las puntas entumecidas de los dedos de los pies hasta las frías puntas de los dedos donde el fotografía doblada y retorcida en su agarre.

Su cuerpo cayó hacia atrás y, por algún milagro o no, cayó sobre los suaves cojines del sofá en el que había estado sentado antes de que uno de los elfos domésticos trajera el correo sellado dirigido a él. Su mano se curvó en la parte delantera de la camisa donde sabía que crecía un poco de vida, su vientre, como predijo Charlie, había perdido su contorno plano y ahora se curvaba hacia afuera. Una bolsa sutil que parecía como si hubiera comido una comida completa y algo más.

"Nos aferramos a todos nuestros secretos y juramos que los llevaríamos a la tumba. Hicimos todo por nosotros mismos y nunca pedimos ni una pizca de ayuda porque sabíamos que no habría nadie para responder a esa llamada... pero ese ya no es el caso, ¿verdad Severus?"