Capítulo 12: The Standard of Custody pt 1

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Charlie podía admitir que tal vez hasta ahora este era el peor dolor que había sentido en su vida. La sensación punzante, ardiente y desgarradora de su cuerpo transformándose uno más para expulsar las dos vidas que había alimentado y cuidado con tanta ternura.

Dolía mucho más de lo que Bill alguna vez había mencionado, por otra parte, el embarazo y el parto de Bill habían sido tan suaves que la única parte insoportable de todo había sido la constante preocupación de Hermione.

No es que Charlie pudiera haber culpado a su alfa después de casi presenciar la muerte de Ron y Rose ese fatídico día hace diez años.

Había dejado una impresión en todos ellos, especialmente en Charlie. Ver a Ron en ese estado entonces, la sangre, los gritos, el miedo punzante grabado en los rostros de Ron y Hermione... nunca había querido experimentar algo así de nuevo.

La contracción llegó mucho más rápido de lo que esperaba, quería hablar con Severus antes de desviarlo al hospital, pero el dolor le quitó toda la fuerza de las piernas y el aliento de los pulmones.

Los gemelos que siempre habían estado activos lo estaban doblemente ahora, empujando y pateando contra los confines de su vientre hasta que la piel se estiró grotescamente hasta que se asentaron de nuevo. Charlie quería castigarlos, gritar y asegurarles a sus hijos por nacer que los quería a ambos tanto como ellos, pero cada palabra y aliento se dedicó a hacer todo lo posible para no gritar y maldecir a su alfa ausente.

A la mierda Wizengamot. Que se jodan todos los idiotas tapados con sus tonterías farisaicas que creían en sus cerebros del tamaño de un guisante que sabían mejor sobre los omegas y sus deseos y necesidades.

Si Charlie alguna vez tuviera la oportunidad de irrumpir en las cámaras, les señalaría con ambos dedos a todos los capullos pomposos, excepto a Harry y Hermione, por supuesto, y les diría exactamente dónde podrían meter sus opiniones, leyes y trato injusto.

Por gente como ellos, Charlie siempre se había sentido mal .

No solo en el sentido de la injusticia que él y sus hermanos enfrentaron después de la muerte de sus padres y los pocos ahorros que se quedaron en la nada. No se sentía mal por el acoso constante de los alfas que sabían que no tenían a nadie a quien proteger, manos que tocaban y apretaban, oscuras amenazas de violación susurradas, a veces gritadas.

No fue por el hambre que sentían después de días sin comer, o por cómo cada día se sentía como si fuera el último.

El odio y la animosidad de Charlie hacia los alfas en Wizengamot y la totalidad de la Gran Bretaña mágica radican en el hecho de que, debido a su estereotipo y discriminación biológica, se sentía inadecuado para ser lo que el mundo entero le decía que tenía que ser.

Una gran desconexión del 'omega' que le hizo su biología.

Una desunión de la vida que Hermione hizo para ellos.

No hubo más días de acoso por parte de extraños, ni toques no deseados ni amenazas contra las que no pudieran tomar represalias. Ya no les dolía la barriga por el hambre y sus ropas se adaptaban a sus cuerpos.

Hermione hizo un hogar para ellos donde otros vieron sedimentos. Proporcionó más amor y respeto del que Charlie sabía qué hacer. Su alfa se aseguró de que fueran felices por encima de sí misma, les enseñó lo que pudo y les dio suficientes materiales para aprender lo que ella no sabía, y debido a esto, la fascinación de Charlie por los dragones se hizo más grande que la vida.

Sus difuntos padres alentaron su sed de conocimiento sobre las criaturas gigantes, compraron libros de segunda mano con páginas manchadas y cubiertas arruinadas para que pudiera leer sobre los diferentes tipos de dragones, sus cualidades, fortalezas, debilidades y vida.

The Standard [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora