Era ya la mañana siguiente y habían sonado las seis molestas alarmas que había puesto Pablo, las cuales habían sonado una tras otra cada 5 minutos. Sin embargo, Pedri nunca conseguía despertarse con ellas porque no sabía como, pero el sevillano cuando apenas sonaba medio segundo, deslizaba su dedo con tal destreza por la pantalla del teléfono, que no daba tiempo a escucharla.
Pero como era ya costumbre, empezó a sonar la que había puesto el canario, siempre 5 minutos después de la última que había puesto su amigo. Lo hacía así, para que si algún día conseguían despertarse gracias a una de las del menor, éste se sintiera orgulloso de haberlo hecho con una de las suyas.
Pero hoy no seria ese día. El sonido resonante llenaba la habitación, rompiendo el silencio de la mañana. El tinerfeño, con suavidad pero con determinación, sacude un poco a Gavi para despertarlo de su profundo sueño. -Oye, despierta ya, dormilón-, le dice con voz afectuosa pero ligeramente impaciente, -Son las 7 y cuarto y ni siquiera nos hemos duchado aún-
Gavi, aún somnoliento y tratando de despejarse, se da la vuelta en la cama y se abraza a Pedri, hundiendo su rostro en el cálido pecho del canario. Un escalofrío de risa recorre el cuerpo del mayor al sentir las cosquillas provocadas por los mechones rebeldes del cabello del sevillano rozando su piel. La risa se escapa de sus labios, llenando el ambiente con un aire ligero y alegre, mientras ambos se sumergen en el abrazo reconfortante que los une.
-Venga peque, que tenemos que ducharnos juntos que sino no nos dará tiempo- dijo el canario con una sonrisa juguetona en los labios, animando a Gavi a moverse rápidamente. El menor con una expresión traviesa en su rostro, abre los ojos de par en par y responde emocionado: -¡Venga, vamos!- levantándose rápidamente de la cama, mostrando su entusiasmo, e incluso cogiendo la mano de Pedri con determinación para tirar de él hacia el baño.
Pedri, poco sorprendido por la reacción de su amigo, le dice con un tono gracioso: -Lo de disimular no va contigo eh. Como se nota que quieres verme desnudo. Aunque no sé por qué, si en el vestuario se te va la mirada continuamente-
Gavi, con una chispa traviesa en los ojos, responde con picardía: -¿Y cómo sabes que se me va la mirada? ¿Será por qué tú también te fijas?-
-No pienso responderte a eso- contestó el canario haciéndose el digno.
-No hace falta que lo hagas- dijo estallando a carcajadas sin dejar de tirar de él para que se levantara, aunque con nulos resultados. -Puedo notar como te contienes en los vestuarios. Y ahora que no hay nadie que te lo impida, seguro que se te pone dura al no poder separar tus ojos de mi cuerpo- dijo cargando sus palabras de una confianza provocativa.
Pedri se puso rojo al comprender lo que Pablo se traía entre manos. -¿Es una competición?- preguntó quitándose la fina manta que aún lo cubría e incorporándose, quedando sentado frente al menor.
-No es una competición cuando ya he ganado- le contestó guiñándole un ojo mientras dirigía su mirada a la entrepierna del canario.
El mayor bajó su mirada y vio como sus bóxers estaban a punto de estallar de la excitación que tenía, intentando taparse con su mano libre por la vergüenza que estaba sintiendo.
-No hace falta que te tapes. No es la primera vez que te veo así. O que te siento más bien- replicó recordando como algunas noches notaba la polla dura del tinerfeño rozando su trasero.
-Eres un cabrón. Al final te va a gustar jugar tanto como a mí- expuso el mayor, dejando entrever su complicidad.
-Le estoy cogiendo el gusto, la verdad. Y más sabiendo que te pongo cachondo solo con mirarte.- respondió con una confianza provocativa que hacia que sus ojos brillasen.
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Nankurunaisa (Gavi x Pedri)
Fiksi PenggemarEntre Pedri y Gavi crece una amistad increíble, única, pero Pedri tiene un secreto. Es bisexual. Un día decide contárselo a Gavi y su amistad toma un rumbo totalmente diferente. Al sevillano le empieza a gustar jugar con Pedri, a provocarle sexualme...