🎮 - O2

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La fiesta no estaba siendo aburrida, como Jihyo había pensado en un principio. Ella se divirtió con Momo y sus otras amigas.

Sin embargo, hubo un momento donde Jihyo se sintió enojada con el universo. Dahyun y Jeongyeon comenzaron a bailar juntas, cada vez más pegadas y riéndose, eso hizo que Jihyo estuviera celosa; ella quería hacer eso con Sana. Rayos, estaba pensando demasiado en esa gamer.

El alcohol sólo aumentaba, Momo había encontrado una conquista y se la pasaba con esa chica. Mientras Jihyo sólo bebía shots como agua, tratando así de tal vez perder la timidez frente a Sana. Sólo esperaba ser correspondida en su misión.

Alrededor de las tres de la madrugada, Jihyo estaba completamente borracha y bailaba sola. En un momento sintió manos en su cintura y se giró para golpear al idiota que se atrevió a tocarla e interrumpir su diversión.

Abrió su boca, se había olvidado de ella por un segundo.

- ¿Es una nueva costumbre tuya?

- ¡Sanita! - rió alegre. - ¿Qué haces aquí?

- Uh, se supone que ya deberíamos volver a casa, es tarde. - de pronto recordó que sus manos no se habían movido de lugar, así que se sonrojó e intentó quitarlas de ahí.

- No, ven, baila conmigo. - en cambio, la mayor se acercó más. - Estoy muy sola aquí.

- No sé bailar. - tal vez sí la luz no fuera casi nula, Jihyo habría notado el sonrojo de sus mejillas. - ¿Dónde está Momo?

- Oh. Me dijo que nos fuéramos juntas, ella va a casa antes de que se despierten.

Sana frunció el seño. - Mierda, papá me matará sí se entera.

- ¡No tiene que saberlo! - sí esto fuera un dibujo animado, un foco de luz aparecería sobre su cabeza. - Vamos nosotras y duerme conmigo en su cama, nadie sospechará que no eres ella porque tienen el mismo color de cabello.

Otra vez, Sana y su sonrojo. - J-Jihyo...

- ¡Vamos, vamos! - pegó saltitos y tomó una de las manos de su menor, saliendo casi corriendo y a tropezones de la fiesta.

El camino a casa no fue complicado, lo que era difícil fue mantener la concentración. Jihyo era del tipo de borracha que habla mucho, por lo que no dejaba de parlotear y reírse sola. Según ella, hacía mucho calor así que quizo sacarse el vestido.

Por supuesto, Sana la detuvo en las varias veces que lo intentó.

Al llegar a la casa, todo estaba oscuro y silencioso. Sólo se oía la risita de bebé de Jihyo por estar "haciendo travesuras". Sí tan sólo Sana supiera que no eran las mismas travesuras que ella creía que pensaba.

El cuarto de Momo era espacioso, tenía su propio baño y el armario era gigante. Muchas veces Jihyo dejaba su propia ropa ahí, así que cuando Sana la dejó sola comenzó a cambiarse.

Los minutos pasaban y Jihyo estaba sola en la cama, su celular no tenía batería y era aburrido estar sola en la oscuridad. Sin saber cómo, empezó a lagrimear.

Sana apareció segundos después de su primer sollozo.

- ¿Por qué lloras?

Jihyo se sobresaltó y comenzó a sonreír.

- ¡Pensé que me dejarías sola!

Sana soltó una risita. - Nunca, Jihyo.

Se recostó a su lado, siendo incómoda la situación. Jihyo seguía sentada y la poca luz de afuera le dejaba ver a su acompañante.

- Eres linda. - Jihyo susurró.

- Eh, gracias. Tú también.

- ¿Crees que soy linda?

- Eres completamente hermosa, Jihyo.

Una sonrisa más, y ella comenzó a acostarse también. - Sí, ya sabía.

Sana contó el tiempo, siendo media hora después cuando se aseguró de que Jihyo dormía. Su plan era irse de la habitación, ir a su propia cama, pero cuando intentó hacerlo el cuerpo de Jihyo se acercó al suyo, pasando los brazos por ella y terminar por abrazarla.

Sana se quedó ahí, aceptando el acercamiento.


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GAMER - SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora