🎮 - O9

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Después de meses finalmente habían llegado a un acuerdo en cuanto a su piso.

Sana insistía en dos habitaciones y Jihyo no pudo hacerla cambiar de opinión. Ahora estaba de vuelta a la universidad y Sana quería que tuviera su propio lugar de estudios.

Además, Sana también necesitaba donde hacer sus streams y Jihyo no podía seguir apareciendo de la nada. Sus seguidores rápidamente notaron que había algo entre ellas. Sakura no dejaba de repetirle en el chat que había perdido la virginidad con Jihyo y provocaba que los demas viewers también se unieran.

Cosa que Jihyo leyó varias veces porque se metía en los streams a ver qué hacía porque la extrañaba. Así que le gustaba una virgen. Maldita sea.

No era un defecto, pero sus pensamientos de tener la mejor de las noches junto a ella se veían afectados. ¿tendría que enseñarle a hacerlo? ¡Todavía se sonrojaba con los besos en la mejilla!

- Estoy segura de que ve esos videos cuando no estás.

- ¿Qué videos?

- P.

- Oh.

Para suerte de ambas, Momo se tomó bien su mudanza y la relación extraña que tenían. Lo único de lo que se quejó es que Jihyo la quisiera más a su hermana, pero la coreana se aseguró de que supiera que las amigas estaban primero antes de cualquier chica o chico.

- No lo creo, ella es demasiado... inocente. No se anima a abrazarme primero al dormir.

- Sana no es inocente. Simplemente te respeta demasiado, está pensando en tu comodidad primero.

- ¿De verdad?

- Es mi hermana, la conozco desde que nació y te aseguro que estoy en lo correcto.

Ni siquiera podía concentrarse bien en las clases. Sana, Sana, Sana. Su mente estaba ocupada en la menor. Todo el tiempo. Quería comer con Sana, quería charlar con Sana, quería dormir con Sana, quería ver a Sana. Ugh, estaba sintiendo mariposas.

Le gustaba, le gustaba mucho. Tanto así que el pensamiento de que fuera virgen comenzó a ser menos, ya no le importaba si el sexo no era como pensaba. Ella esperaría todo lo que Sana pidiera.

- Hueles rico.

- Es tu perfume.

- ¿Usas mi perfume?

- ...

- Sana.

- Me gusta como hueles y además esta camiseta la lavaste tú.

- ¿Por qué lavo tu ropa? No estamos casadas.

- También lavé tu ropa, estamos a mano.

- Ugh, bien.

La conversación con Momo volvía a su mente. Está pensando en tu comodidad primero. Jihyo salió de su escondite en el cuello de Sana y se apoyó en su brazo mirándola. Había una pequeña pizca de luz a través de la ventana abierta.

- Sana.

- ¿Sí?

- Yo te gusto, ¿no?

Sana frunció el seño. - Sí.

- ¿Me quieres besar?

- Siempre.

- ¿Por qué no lo haces?

- Porque... porque no sé si tú también quieres.

Fue el turno de Jihyo en hacer esa expresión. - Siempre quiero.

- ¿De verdad?

- Sí. ¿De dónde sacas tanta inseguridad en esto? Sigues pensando que no me gustas tanto cuando la verdad es lo contrario. Me gustas mucho y nada de lo que hagas va a hacer que deje de hacerlo. Excepto que mates a alguien.

- No maté a nadie fuera de un videojuego.

- Bien, entonces no hay razón para que me dejes de gustar.

Sana se quedó callada un momento, uno que resultó ser bastante largo para Jihyo. Ella quería que tuviera más confianza, no solo con ella sino también en sí misma. La mayor estaba dispuesta a hacer las cosas bien y a un ritmo que funcionara para las dos.

- Nunca le gusté a nadie. - confesó sin querer mirarla. Sentía un poco de pena por esto. - En mi antiguo grupo de amigos fui la excluida, ellos salían con demás personas y siempre tenían ligues en las fiestas. Yo no soy así. A mí me gusta jugar en mi habitación y tener a pocas personas rodeándome.

» Sigue siendo raro para mí que te guste. No sé coquetear y no sé cómo tomar cumplidos, así que espero que no te canses de mí por eso.

Jihyo se agachó lo suficiente para dejar un pequeño beso en sus labios. Con su mano libre acarició su cabello, Sana era demasiado linda.

- Te seré sincera. Al principio no tenía mucho interés en tí por eso, creía que eras rara. Pero sólo me hacía falta conocerte bien. Eres increíble, Sana. Eres chistosa, amable y maravillosa. Nadie hace lo que tú haces. No necesito que seas fiestera y estés rodeada de personas, necesito que te sientas cómoda siendo lo que eres.

» Me gustas así. Ni siquiera tengo que pensar en otra cosa, me divierte estar contigo. Siempre estás al pendiente de los demás, es momento que hagas lo que a tí te guste.

- Me gusta besarte.

- Bésame siempre.

- Me gusta dormir contigo.

- Duerme conmigo.

- ¿Puedo hacerlo sin preguntar?

- Conmigo puedes hacer lo que quieras, Sana.

- Bien.

GAMER - SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora