🎮 - O8

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Sana tenía las orejas totalmente rojas, sus mejillas estaban calientes y no quitaba la mirada del suelo.

Jihyo vio eso demasiado tierno, así que dejó un beso en su sien y volvió a lo suyo. La comida estaba en la mesa y ella tenía hambre.

Sana apenas si habló, sólo asentía a los comentarios al aire que Jihyo hacía y de vez en cuando comía lentamente. Al terminar y haber pagado cada una lo suyo, Jihyo le pidió acompañarla al baño.

El lugar estaba bastante limpio y no había gente, solo se oía como pasaban de largo.

Mientras Jihyo entró al cubículo, Sana se lavó la cara. Mierda y mierda. Se sentía totalmente penosa, Jihyo estaba siendo bastante buena en manejar la situación pero Sana no.

Tenía que admitirlo de una vez. Sí, a ella le gustaba Jihyo desde hace mucho, incluso antes de la fiesta que lo inició todo. Por eso no podía hacer mucho más que ponerse como tomate.

Además conocía como era Jihyo, siempre fue coqueta y linda con todos. Era imposible que estuviera haciendo esto seriamente, ella sólo quería divertirse.

- Oí que si te miras tanto tiempo al espejo entonces alucinas. - saltó en su lugar. Jihyo estaba a su lado ya secándose las manos, ¿cómo pasó tan rápido? - ¿Ya se te quitó la pena?

Sana se giró al espejo de nuevo. - No.

- Bien, tómate tu tiempo. - se apoyó en la pared y no dejó de mirar a Sana.

Malditos todos los santos. Sana sabía lucir esos pantalones negros tan anchos y esa camiseta blanca más grande que su talle ideal. Jihyo estaba usando una falda rosa con un top blanco igual que sus tacones. Sus estilos eran contrarios, sin embargo podían lucir bien juntas.

Juntas y tomadas de las manos, juntas y caminando por la ciudad en la noche. Juntas. Sólo ellas dos.

- ¿Cuándo nos mudamos a nuestro piso? - bromeó tratando de molestarla más, su mente estaba siendo un lío.

- Cuando quieras. - murmuró aún en la misma posición de antes. - Encontré unos muy buenos por aquí.

- ¿De verdad? - de su bolso de Hello Kitty sacó su teléfono y buscó la cámara. Se acercó a Sana, pasó la mano por su cintura y se apoyó en su hombro.

- ¿Qué-

- Shh, es la primera salida de muchas, necesito recordarlo. - y pronto su cámara sacó más fotos de las que debería. Fotos que iba a atesorar siempre. - Dime más, ¿qué tal esos lugares? ¿Crees que estén bien para nosotras?

Jihyo seguía junto a ella, tocándola y mirándola de una forma linda e inocente. Sana tragó saliva.

- S-Sí, están genial. Hay uno bastante bonito que tiene vistas preciosas desde la sala, una cocina espaciosa y dos habitaciones que-

- ¿Dos? - levantó una ceja y su mano comenzó a acariciar la cintura que nunca dejó de sostener. - Dormiremos juntas, a mí me gusta hacerlo.

- B-Bien, una habitación entonces.

- ¿No vas a poner resistencia?

- No, a mí también me gusta que durmamos juntas.

Jihyo giró a Sana para tenerla frente a frente. Tenía que mirar un poquito arriba pero estaba bien. Usó sus dos manos para sostener la cintura tan pequeña que Sana tenía y sintió como ella hacía lo mismo.

Se acercó peligrosamente a su rostro, estando ambas bastante emocionadas de eso. Jihyo fue la primera en mirar sus labios, Sana hizo lo mismo.

- ¿No vas a negar esto tampoco? - Jihyo estaba un poquito nerviosa, solo un poco.

- No.

- ¿Y no te importa que suceda en el baño de un Centro Comercial?

- No.

Suficiente para Jihyo, quien de inmediato pegó sus labios a los de Sana.

Un beso tranquilo y sin prisas, sintiendo las mariposas en el estómago y fuegos artificiales en sus mentes. Parecía que habían cumplido una gran meta, ambas querían eso desde hace mucho y no querían perder el momento.

A Sana le gusta apretar sus mejillas, descubrió eso rápido cuando la comenzó a acariciar ahí con las manos.

Pronto el beso se volvía más intenso y rudo, usando la lengua para jugar y pequeñas mordidas de labios. Jihyo se separó de ella con un suspiro y dejó sus frentes apoyadas.

- Creo que me gustas. - al diablo sus miles de preguntas y dudas. Jihyo tenía que decirlo, tenía que aceptar que le gustaba Sana de aquella manera.

- También me gustas.

Jihyo sonrió y se separó de ella. Soltó una risa al ver todo el labial que usó antes ahora en los labios de Sana. Le resultó incluso lindo verla así.

- Ven. - de su bolso sacó unas toallitas desmaquillantes y se acercó a limpiar el desastre que había hecho. - Mejor.

Y al final del día las dos sabían que se gustaban mucho, pero Jihyo aún quería continuar con su plan inicial.

Esperaba que lo lograra pronto.

GAMER - SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora